Por: Ronald Sáenz
@RonaldSaenz

La gran mayoría de obras públicas y privadas en Bogotá D.C. no son amables con las personas en condición de discapacidad, generando una desigualdad y un difícil acceso a muchos lugres, aunque se les hayan hecho modificaciones siguen sin cumplir con las necesidades de 99.650 de ciudadanos bogotanos que se encuentran en estas condiciones.

Ahora bien, la necesidad de tener ciudades más amables con todos los ciudadanos no es un capricho para que se vean bonitas, esto es un ejercicio que debe constituir una habitabilidad y movilidad funcional, esto empieza a resumirse en una falta de liderazgo y rezagos, o peor aún en el pensamiento de que “Alguien vendrá y lo hará en el futuro”, este hecho es supremamente grave ya que las políticas de gobierno se han convertido en los únicos instrumentos de planeación para nuestra Capital, pero no contamos con herramientas que garanticen la perpetuidad de proyectos de renovación urbana que proyecten a Bogotá como una metrópolis a la altura de sus ciudadanos y digna para cada uno de los visitantes.

La discapacidad ha estado en la mesa de cada una de las administraciones por lo menos en las ultimas 2 décadas, regulándose en su totalidad pero muy poco en proyectos más de ciudad que zonales.

De la misma forma es evidente que la mala implementación del Sistema Integrado de Transporte público tampoco genera las garantías necesarias para su acceso, no obstante y aunque transmilenio intenta solventar esto, vemos que el resto del parque automotor carece de accesos dignos y funcionales. Ahora me pregunto: ¿Cuál es la diferencia entre la ciudad que queremos y la que necesitamos? Pregunto por qué a hoy no sabemos cuál sería la ciudad que vamos a tener en 20 años y si esta estará en marcada en zonas donde las personas en condición de discapacidad puedan movilizarse y ya, o será una ciudad que sea incluyente, capaz de brindar las garantías necesarias y la amabilidad que tanto buscamos.

Todos los planes de desarrollo lo intentan ¿pero cuando se podrá hace una renovación urbana encaminada a estas personas?

Solo es necesario recorrer un par de cuadras de Bogotá para darnos cuenta que hay una necesidad tácita de convertir esta ciudad en una urbe que genere diferentes estilos con calidad de vida; estos procesos van ligados a políticas públicas que realicen una transformación en la ciudad, no solo temporales y sino que generen un cambio positivo para el futuro.

La relación de 99.650 personas en condición de discapacidad frente a los casi 7.5 millones de habitantes de la ciudad, significa que un gran número de personas que en el siglo XXI, se encuentran aún con una ciudad arcaica para un desplazamiento normal.

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