Por: Nicolás Silva
@nicolasmsilvac

En la recta final de las campañas que permitirán el próximo 27 de octubre elegir a nuestros gobernantes locales y regionales, recibimos diversa información de medios tradicionales y redes sociales. Usualmente carecemos de la oportunidad o la voluntad de profundizar en las propuestas concretas que los candidatos plantean para atender las diversas problemáticas existentes.

Respecta de Bogotá, ciudad donde resido desde hace 30 años, las discusiones y las propuestas se enfocan en asuntos considerados prioritarios. En concreto, al revisarse el informe Bogotá cómo vamos 2018, se plantean 5 principales desafíos a abordar: seguridad, movilidad sostenible, mercado laboral, hábitat y medio ambiente. Si bien resulta razonable focalizar las propuestas en estos aspectos, los planes que se proponen para solucionar dichas problemáticas se enfocan en soluciones tradicionales, recurrentes y evidentes.

La perspectiva de búsqueda de soluciones debiera entonces articularse con una visión más innovadora. Para ello las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones – TIC representan una herramienta indispensable, al complementar y potenciar dichas acciones tradicionales. La relación entre avance tecnológico y bienestar común ha sido abordada a lo largo de los últimos años alrededor del concepto de “ciudades inteligentes”.

Sin duda Bogotá ha avanzado progresivamente en la incorporación de las TIC como factor de optimización de su gestión. Al revisarse los planes de desarrollo de las 3 últimas administraciones de la ciudad, todos abarcan aspectos tales como la incorporación estas tecnologías para la eficiencia de la administración, la implementación de sistemas de información para sectores específicos como salud, educación y seguridad pública, la gobernabilidad electrónica, así como para el cierre de la brecha digital facilitando su acceso y capacitación a la comunidad.

En la medida en que la tecnología ha avanzado, y bajo una aproximación de construir sobre lo construido, los citados planes de desarrollo fueron incorporando otros aspectos, tales como la profundización en investigación TIC, la producción de información para interacción entre la administración y la ciudadanía y la corresponsabilidad de esta última en la creación de soluciones, la promoción del uso de dichas tecnologías para el emprendimiento y la reglamentación para el despliegue de infraestructura. Se destaca de este proceso la creación en 2012 de la Alta Consejería Distrital de Tecnologías de Información y Comunicaciones –TIC, la cual ha mostrado una evolución y una positiva gestión en las materias citadas.

Reconociendo los avances logrados, el uso de las TIC en la administración de la ciudad es un concepto que evoluciona, y seguirá requiriendo significativos esfuerzos a diferentes niveles. Esto se evidencia en diferentes comparaciones que a nivel mundial se realizan entre ciudades, dentro de las cuales menciono la denominada Cities in Motion 2019, la cual muestra que Bogotá ocupaba la posición 117 entre 174 grandes ciudades del mundo, ubicándose por debajo de varias capitales de América Latina. El informe establece también que la posición de la ciudad se debe, entre otros aspectos, a bajos niveles en materia de adopción tecnológica, resaltando a la vez que la capital colombiana muestra un gran potencial, al estar evolucionando positivamente a gran velocidad.

Es evidente entonces, por una parte, la necesidad de dar continuidad y fortalecer muchas de las iniciativas que vienen de tiempo atrás en materia de incorporación y adopción de las TIC, y a la vez exigir la adopción e implementación de nuevas soluciones soportadas en tecnologías avanzadas, como big data, inteligencia artificial, blockchain e Internet de las Cosas – IoT. Al respecto, una revisión general de los programas propuestos por los actuales candidatos a la alcaldía de la ciudad, permite esbozar (en mayor o menor medida) el planteamiento de soluciones alineadas con estas tecnologías, tales como esquemas de policía predictiva, sistemas de reconocimiento facial, ampliación de estaciones de monitoreo del aire, monitoreo y seguimiento en tiempo real del avance de obras de infraestructura y de mantenimientos en vías, planeación dinámica de rutas de transporte y de brigadas de descongestión, y el análisis de datos para la gestión pública.

Debe tenerse en consideración que la implementación de este tipo de tecnologías, que ya de entrada constituye un gran reto, es solamente una parte de la solución a las problemáticas de la ciudad. Esto por cuanto las mismas deben estar acompañadas de la optimización de los procesos internos de las entidades y de la capacitación de las personas involucradas en su operación. Así mismo, se requieren campañas informativas hacia la comunidad, a efectos de lograr su debida apropiación y aceptación.

Lo anterior implicará ajustes en la visión y el funcionamiento de distintas entidades del Distrito, incluidas las alcaldías locales, y muy especialmente en la Alta Consejería de TIC, dependencia que en línea con lo dispuesto en su informe Bogotá Ciudad Inteligente, debería constituirse, a partir de su capacidad técnica, en evangelizador y articulador transversal, debiendo contar con los recursos económicos y humanos necesarios para tal fin.

El reto es lograr que las propuestas de los candidatos no se queden en buenas intenciones, por lo que será necesario formular planes y proyectos para lograr su efectiva implementación y operación. Así mismo, deberá contarse con acompañamiento permanente para la evolución de dichas soluciones en el tiempo, así como para la medición de los resultados derivados de las mismas. Este último factor es crítico, ya que según el informe Smarter Cities 2025 – Building a sustainable business and financing plan publicado por el tanque de pensamiento ESI ThoughtLab, una de los principales obstáculos identificado por las administraciones de ciudades inteligentes es la falta de certeza del retorno de las inversiones en esta materia.

Finalmente, es necesario tener presente que el uso de las TIC en ningún momento debe dejar de lado el objetivo primordial de su uso, el cual se orienta al bienestar de la ciudadanía. En razón de lo anterior, deberán prevalecer también principios tales como el respeto a la privacidad y el adecuado manejo de los datos.

*Director de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones del Tanque de Pensamiento Al Centro

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