Por: Ernesto Fabian Sampayo Oliveros*

Cuando escuchamos la palabra “juego”, pueden venir a nuestros pensamientos ideas como diversión, disfrutar, entretenerse y tal vez recordemos esos momentos de infancia donde experimentábamos dinámicas que nos hacían sorprendernos con nuestro entorno, donde la curiosidad y el sentido de competencia sana se activaba. Nuestro cerebro empezaba a desarrollarse, y existían juegos que nos exigían un nivel de razonamiento mayor como Monopolio, que nos forzaba a simular la toma de decisiones en inversiones. Por los años 90 no se contaba con mucha información en línea y tu decisión se basaba en tu experiencia y en los consejos que recibías.

Hoy seguramente si volviéramos a jugar pudiésemos consultar en Google: ¿Cómo ganar en monopolio? Y seguir las instrucciones que allí nos recomienden. Este cambio en las dinámicas actuales implica una diferencia en las emociones que transitas: en el primer caso pudieses sentir “ansiedad” e “incertidumbre” por querer jugar y ganar, en el segundo caso la incertidumbre seguirá existiendo, pero tu emoción será de “tranquilidad” ya que tendrás en tus manos una posible receta que te hace lograr el objetivo.

Hoy nos enfrentamos a unas nuevas dinámicas, la revolución 4.0 ha traído un mundo de interconectividad donde los nuevos negocios surgen del poder de la información y de la data disponible para decidir dónde, cuándo y cuánto invertir. Hoy jugamos un monopolio donde los datos tienen un papel diferenciador, y aquel actor que los posea tiene mayores probabilidades de éxito en su futuro. Las empresas GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple) a través de las diferentes apps que nos ofrecen han sabido acumular y capitalizar uno de los bienes más preciados para la nueva era del emprendimiento: “Las emociones detrás del dato”. Información como nuestros nombres, direcciones, teléfonos, correos son fáciles de conseguir y si seguimos explorando encontramos nuestros gustos, los lugares que frecuentamos, los sueños que tenemos, los hábitos que desarrollamos. Este poder puede ser utilizado de manera negativa o positiva, encontramos casos como los de Cambridge Analytics donde a través de los datos gestionaron la manera de pensar de los votantes para inducirlos a tomar una decisión.

Existen otras empresas como Netflix que utiliza nuestros patrones de consumo para generar contenido que impacte emocionalmente al espectador, un claro ejemplo es la serie Casa de Papel donde exponen la mayoría de los arquetipos del ser humano para generar una conexión contigo. Y así pudiésemos continuar encontrando ejemplos del poder que tienen los datos en esta nueva era.

El emprendedor puede tomar dos caminos: hacer uso de este nuevo poder o continuar emprendiendo sin usarlo. Mi recomendación: utilizarlo.

Los datos permiten identificar necesidades no cubiertas de una manera rápida, y a partir de allí realizar productos mínimos viables para un mercado especifico. Colocaré el ejemplo de Rappi, una empresa que inicio en el 2015 por 3 emprendedores colombianos, donde conectan una oferta de productos y servicios con una demanda de usuarios, todo por medio de una aplicación. Lo interesante de este caso es que en tan solo tres años han llevado su emprendimiento a la categoría de Unicornio, una empresa valorizada en 1000 millones de dólares. Y la pregunta es ¿por qué vale tanto Rappi? Mi hipótesis es por el “PODER DE LOS DATOS” que están acumulando. Hoy cuentan con más de 13 millones de usuarios que entregan gratuitamente su información, acerca de qué comen, qué compran, qué favores necesitan y con esta información unida a los puntos de geolocalización que también entregamos pueden desarrollar mapas de calor donde en una ciudad como Bogotá esto termina siendo “oro” para nuevos emprendimientos. Un ejemplo son las dark kitchen o cocinas ocultas, donde dependiendo del patrón de consumo se abre o no un punto.

Ahora imaginemos el poder de los datos en otras dimensiones como utilizar esta información para generar otras franquicias, dado que conoces profundamente a tu cliente y le puedes ofrecer algo que se ajuste a su perfil. Esta manera de actuar no es solo de Rappi, las empresas GAFA son expertas en eso, el reto esta en como crear una consciencia del juego emocional que empieza a existir detrás de la posesión de la información. Esta es la nueva era del emprendimiento, un juego de monopolio donde los actores que más datos tengan tendrán la posibilidad de lanzar los dados con una emoción de “tranquilidad”, ya que podrán predecir el comportamiento del tablero.

¿Con qué emoción juegas?

*Columnista Invitado del Tanque de Pensamiento Al Centro

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