Por: Natalia Rivera*
@RiveraNat

La política local siempre se ha caracterizado por sus grandes movilizaciones y por los líderes que barrio a barrio buscan votos y consolidan equipos. Las elecciones locales están muy cerca, y siempre me he preguntado en qué se fijan los bogotanos para elegir a quienes van a gobernar.

Hablemos de los candidatos al concejo de Bogotá, una corporación odiada y amada por muchos; Cada cuatro años los más destacados líderes de Bogotá trabajan incansablemente para poder lograr una de las 45 curules –que a partir de este año serán 44 gracias al Estatuto de la Oposición- del Cabildo. Estos candidatos conforman sus equipos de campaña y empiezan a recorrer las localidades para poder conseguir votos.

¿Cómo es la campaña que están haciendo? ¿entienden los candidatos cuál sería su rol como concejales? ¿el electorado sabe qué hace un concejal? Me hice estas preguntas al ver que algunos candidatos llegan a los barrios, hacen reuniones donde ofrecen cosas que difícilmente van a poder cumplir. Por ejemplo, le prometen a los ciudadanos bajar la tarifa del agua, tapar todos los huecos del barrio, poner tejas y hasta ladrillos en las casas, empleo para todo aquel que vote por ellos, cupos universitarios y un sin fin de promesas que se salen completamente de las funciones que como concejales pueden ejercer. No hablan del verdadero rol que podrían tener en el Cabildo, el cual se remite específicamente la actividad normativa y de control político.

La actividad normativa le permite a los concejales presentar, debatir y aprobar proyectos orientados a resolver temas de ciudad como movilidad y transporte, gestión pública, participación ciudadana e integración de la comunidad y salud, temas que según el informe “Concejo Cómo Vamos” representan más de la mitad de los proyectos discutidos en la corporación. Para el segundo semestre de 2018 se discutieron 36 proyectos y se aprobaron 28.

Por otro lado, y no menos importante está el control político. Los cabildantes pueden hacer seguimiento y control a la gestión de la administración distrital, representada en sus 15 sectores. Según el estudio citado, “entre los meses de julio y diciembre de 2018 el Concejo de Bogotá realizó 62 sesiones de control político, lo que corresponde al 44% del total de la agenda de la Corporación”. Gracias al control político quienes representan a los ciudadanos pueden hacer reparos y poner la lupa en la gestión de la administración y sus funcionarios.

Expuesto esto, preocupa que irresponsablemente algunos candidatos basen sus campañas en propuestas sin sustento técnico y peor aún, propuestas que no tienen nada que ver con sus actividades como futuros concejales. Hago un respetuoso llamado a quienes piensan representarnos en el Concejo de Bogotá para que sus acciones y propuestas sean coherentes, técnicas y sensatas.

También extiendo este llamado a los votantes, y los insto a que evalúen muy bien a los candidatos, no se dejen llevar por falsas promesas, y a que ejerzan su derecho al voto convencidos de que esa persona por la cual están votando los va a representar con el rigor y responsabilidad que un cargo de elección popular demanda.

Y aunque en esta columna quise referirme a los candidatos al Concejo, quiero para terminar traer a colación el importantísimo papel que juegan los ediles en lo local. A ellos también les hago este llamado y por supuesto a los ciudadanos para que los elijan de manera informada. No dejemos en malas manos el futuro de nuestras localidades.

Recuperemos la fe en la política local. ¡hagámoslo bien! ¡hagámoslo posible!

*Directora de Competencias Locales del Tanque de Pensamiento Al Centro

Compartir.

Para poder encontrarnos hay que acercarse Al Centro.