Por: Jaifa Mezher*

A propósito de las elecciones del próximo año en Estados Unidos, un tema que ha dado mucho de qué hablar son los comentarios que ha hecho Elizabeth Warren, una de las candidatas del partido demócrata, sobre el fracking en éste país. La Senadora Warren, quien se encuentra hoy por hoy liderando las encuestas electorales, ya ha mencionado en repetidas oportunidades que lo primero que hará en su primer día en la presidencia será hacer una prohibición total del fracking. Este tema, que tiene mucho tanto de largo como de ancho, genera sentimientos encontrados. Por un lado, acerca al país a la discusión sobre mecanismos de protección del cambio climático. Por el otro, aleja a Estados Unidos del posicionamiento que ha alcanzado en el mercado energético internacional.

El fracking es un proceso mediante el cual se taladra al interior de la tierra usando agua y otros químicos para presionar al interior de ciertas formaciones rocosas, buscando liberar hidrocarburos de ciertas rocas. Diferentes razones, como el uso de grandes cantidades de agua y el componente de los químicos usados para este procedimiento, hacen que muchos ambientalistas vean este proceso como contaminante y dañino para la tierra. Sin embargo, para Estados Unidos, el fracking ha significado innovación, crecimiento económico y seguridad energética.

Innovación en el sentido de que, desde que comenzó a darse el fenómeno del “shale boom” alrededor de 2008, Estados Unidos ha podido alejarse del uso de carbón para la generación de energía. Más específicamente, el país ha logrado migrar hacia gas natural e incluso, ha podido incorporar energías renovables a su mix energético. Así mismo, el país ha logrado alejarse de su dependencia frente a la importación de petróleo, el cual es utilizado en este país principalmente para el sector transporte.  

Para Estados Unidos el fracking también ha significado crecimiento económico. De acuerdo a un estudio realizado por el U.S. Chamber of Commerce’s 21st Century Energy Institute para el 2013 esta técnica había creado alrededor de 1.7 millones de empleos. Teniendo en cuenta que en general, el sector hidrocarburos contribuye a 10.3 millones de empleos en este país y contribuye en un 8% al producto interno bruto nacional de Estados Unidos, es importante preguntar a la Senadora Warren ¿cómo planea reemplazar los trabajos generados por este sector económico? Y ¿cómo va a suplir el impacto que el sector tiene en la economía nacional?

Adicionalmente, gracias en gran medida al boom generado como consecuencia del fracking, Estados Unidos se ha vuelto un exportador de energía. Incluso algunas empresas de este país han entrado a regiones como la de América Latina y el Caribe a hacer negocios. Estas empresas contribuyen con empleo y además están aportando la expansión de gas natural para ser usado en la generacion de energia. Específicamente en América Latina, el gas natural sirve para, de forma económica, generar confianza en la transición entre fuentes hídricas y las energías renovables.

Finalmente, el fracking para Estados Unidos también es sinónimo de seguridad energética. De acuerdo a la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), seguridad energética es “la capacidad que tiene un país de acceder a fuentes de generación de energía de forma segura e ininterrumpida.” Esta seguridad se ha manifestado:

-A nivel de precios. Por ejemplo, entre 2008 y 2018 se redujo el precio referente de gas natural en el punto de transacción conocido como Henry Hub (HH) pasó de USD$12,69 a USD$2,64.

-A nivel diplomático.  Estados Unidos ha cambiado la forma como se relaciona con el resto del mundo, uno de los grandes temas detrás del libro “Windfall” por la escritora Meghan O’Sullivan. Su seguridad energética le ha dado flexibilidad para tomar ciertas decisiones como su reciente salida del Medio Oriente o las sanciones económicas que ha impuesto a Irán desde hace algunos años. Pero también ha dado paso a la creación de nuevas relaciones y un ejemplo de esto se ve precisamente en América Latina y el Caribe, gran mercado del gas natural licuado que proviene de Estados Unidos y que proviene en gran medida del “shale boom.”

-Sobre el mercado internacional de hidrocarburos, la entrada de Estados Unidos como un gran jugador ha traído cierta estabilidad sobre los precios del petróleo. Recordemos que los precios del petróleo se definen en el mercado internacional y dependen mucho de lo que definan la demanda y la oferta. Un ejemplo de la estabilidad a la que me refiero en este punto, se vió hace unos meses con los ataques a la infraestructura petrolera de Arabia Saudita. Aquí el precio del petróleo logró estabilizarse en cuestión de días después de sufrir un incremento inesperado tras el miedo por una posible reducción de 8 billones de barriles de la producción mundial diaria de petróleo que provenía de Arabia Saudita. Esta estabilidad se logró en parte debido al mensaje que Estados Unidos dio sobre su capacidad de reponer dichos barriles gracias a su producción nacional y a sus reservas. 

Así las cosas, es importante reconocer lo que significa la propuesta de la Senadora Warren para Estados Unidos. Es importante pensar que su propuesta tiene ramificaciones hacia el resto del mundo. Igualmente, aunque la propuesta nace como un concepto positivo y como una propuesta a favor de la lucha internacional contra el cambio climático, no tiene valor si la Senadora Warren no la acompaña de propuestas complementarias que expliquen a sus votantes y al resto del mundo que va a pasar con la innovación, el crecimiento económico y con la seguridad energética de Estados Unidos con la prohibición del fracking. 

*Directora de Geopolítica del Sector Energético del Tanque de Pensamiento AlCentro.

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