Bogotá se raja en igualdad de género

Bogotá se raja en igualdad de género

Por: Diego Escallón

El 08 de marzo se conmemoró la lucha histórica de las mujeres por la igualdad de sus derechos. Una lucha que infortunadamente sigue lejos de las expectativas de quienes creemos que merecen posiciones y oportunidades en igualdad de condiciones; sigue creciendo la feminización de la pobreza y las mujeres que viven en Bogotá se incluyen en este fenómeno. 

Esto se evidencia en datos: según la Tasa Global de Participación de 2019 solo el 62,7% de las mujeres de Bogotá está en el mercado laboral activamente a comparación del 75,9% de los hombres, es decir, hay una brecha del 13,2% en acceso al mercado laboral (DANE, 2020). Las mujeres de Bogotá en el 2018 tenían una brecha salarial del 14,2% frente a los hombres, 2% más que la brecha nacional (DANE, 2020), lo que significa que los hombres en las mismas posiciones tienen un mejor salario al de las mujeres. Además, el Índice de Feminidad de la Pobreza de 2018 indicó que por cada 100 hombres hay 120 mujeres en la pobreza en Bogotá (DANE, 2020) y en Bogotá para la tasa de desempleo de noviembre de 2020 fue 14,6% para los hombres y 20,3% para las mujeres, incrementándose un 48% el desempleo de estas últimas (DANE, 2021).  

Hay un dato que marca la diferencia diametral en la desigualdad de las oportunidades: los deberes del cuidado familiar. De acuerdo con los datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares de 2020, hay una correlación entre las mujeres de Bogotá que tuvieron que dejar su trabajo o que dejaron de buscar trabajo y las responsabilidades familiares. Según estos datos, en Bogotá el 42,37% de mujeres que reportaron haber dejado su trabajo lo hicieron por este factor, a diferencia del 5,27% de los hombres, y el 44,52% de las mujeres dejó de buscar trabajo para atender sus deberes de cuidado familiar en comparación al 4,79% de los hombres. Es tan evidente que las mujeres de Bogotá reportaron que en promedio gastan 05:33 horas al día para el trabajo doméstico y cuidados no remunerados, mientras que los hombres solo dedicamos a esto 2:22 horas (Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, 2017).

Esto significa que la atención de los deberes familiares sigue marcando una pauta inequitativa en las funciones de los hogares bogotanos, en donde la cultura continúa dándole a la mujer un papel cuidador en sacrificio de su desarrollo profesional o laboral. La igualdad de oportunidades es fundamental para el desarrollo de nuestra sociedad, principalmente, a través de generar autonomía en las mujeres para que perciban ingresos que les permitan superar la pobreza o capacitarse con libertad, acceder al mercado laboral y desarrollarse como personas, sin que los deberes de cuidado familiar sean una barrera para lograr sus sueños. Ser madre, hija o hermana no puede significar el deterioro de proyectos de vida.  

Las transformaciones sociales para lograr la igualdad de género sólo van a suceder si vemos a las mujeres como iguales y empezamos por transformar nuestros hogares, compartir las labores en igualdad de condiciones y abandonamos la visión machista del hombre proveedor de servicios y la mujer cuidadora. En vez de felicitar y dar regalos a las mujeres por el día internacional de las mujeres, señores: concienticémonos de reconocerlas como iguales. Mientras tanto el Estado debe, con las cifras alarmantes de desempleo y la falta de ingresos propios de las mujeres, concentrar sus esfuerzos en reducir estas desigualdades con apoyo del sector privado. Es tarea de todos. Pasemos del dicho al hecho.

*Director Temático de Bogotá

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Bogotá se raja en igualdad de género

No más excusas para el regreso a clases presenciales en Bogotá

Por: Diego Escallón

El 15 de febrero debía iniciarse el regreso a clases presencial, gradual y alterno en Bogotá. Sin embargo, tan solo 8 de 400 instituciones educativas oficiales regresaron a la presencialidad, lo que representa el 2%, a comparación de casi el 35% de los colegios privados de la ciudad. La explicación de esto es que la Asociación Distrital de Educadores (ADE), sindicato de profesores del Distrito, pidió que se retrasara la medida y rechazó el regreso a las clases presenciales, según ellos, porque no existen las condiciones de bioseguridad necesarias para proteger su salud (El Espectador, 2021). 

Aunque Bogotá no cuenta con cifras que permita dimensionar la afectación de la pandemia a la calidad de la educación o el impacto sobre el aprendizaje o sobre las dificultades socioemocionales que pueden estar sufriendo niños y niñas en la virtualidad, recientemente se publicó un estudio de la Universidad de los Andes, el Centro Nacional de Consultoría y ProBogotá (2021) en el que se revisó la incidencia de la virtualidad en la educación primaria, básica y media en Bogotá. 

Este estudio concluyó que el 22% de encuestados presenta dificultades de acceso a clases en vivo virtuales, el 27% de los estudiantes tiene dificultades de acceso a actividades en internet y menos del 50% cuenta con dispositivos electrónicos exclusivos para estudiar. Además de estos datos, este estudio evidenció que la brecha entre colegios privados y públicos se agranda con la virtualidad, pues el 30% de estudiantes de colegios privados reportaron alguna dificultad para acceder a las actividades en casa, mientras que en los colegios oficiales fue el 52%; el 66% de estudiantes de colegios oficiales tiene disponibilidad de un computador y el 15% a una tableta, a comparación de los privados que tienen disponibilidad en un 94% y 43%, respectivamente; y el 50% de personas de colegios oficiales tiene acceso a internet de alta velocidad, mientras que para los privados este acceso se sitúa en el 80%. 

Estas cifras se vuelven más alarmantes cuando se revisan a la luz de los impactos reales de la pandemia en la educación. En Estados Unidos se han llevado a cabo varios estudios que evidencian que, con ocasión de la virtualidad, niños y niñas de menores ingresos pueden retrasarse más de un año de su educación y podrían aumentarse brechas en un 15 o 20% entre personas blancas de mayores ingresos y comunidades negras, hispanas o de menores ingresos (Mckinsey, 2020). En el mismo sentido, un análisis hecho por académicos de Harvard y de Brown en el que se revisó el avance en matemáticas en una plataforma virtual, encontró que estudiantes de menores ingresos se mantuvieron un 50% por debajo de los niveles de referencia, por lo que se concluye que la pandemia puede ampliar la desigualdad en el largo plazo (Chetty, R., et al, 2020).  

Con respecto a las medidas de bioseguridad, la Secretaría de Educación de Bogotá reportó que ha realizado 153 intervenciones en 109 sedes y ha adquirido 1.031.896 tapabocas lavables para estudiantes, además de otros esfuerzos por adecuar las sedes para iniciar con la presencialidad protegiendo a los miembros de la comunidad educativa (SED, 2021). 

Si las clases presenciales no inician próximamente, la calidad de la educación que reciben niños y niñas de la ciudad se verá gravemente afectada por este anuncio de la ADE, además que aumentará la brecha entre colegios públicos y privados en Bogotá por el acceso a la tecnología, que ya es bastante amplia en resultados de las pruebas Saber 11 en donde los privados tienen resultados promedio más de 34 puntos por encima de estudiantes de los colegios oficiales de Bogotá (Icfes, 2021). Es necesario que regresen a las aulas físicas para no ahondar más la inequidad.

Los docentes y directivos docentes con esta decisión están afectando la posibilidad de niños y niñas de recibir una educación de calidad que responda a los estándares mínimos de competencias y sus efectos se verán en el largo plazo. La pandemia continuará y los docentes deben ser conscientes del impacto de su decisión y cómo puede perjudicar o beneficiar la vida de cientos de niños y niñas de la Capital, especialmente si las condiciones están para su regreso en condiciones de seguridad. 

Es importante reconocer que docentes, rectores y todo el sector administrativo de la educación, además de los padres y acudientes de estudiantes, han trabajado muy duro durante la pandemia para mantener la educación funcionando, pero no es momento de sacar más excusas y es fundamental que replanteen su decisión para regresar pronto a las aulas presenciales por el beneficio del país. 

*Director Temático de Bogotá

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