Por: John Jairo Ocampo

El llamado ahora es a la sensatez, la seriedad y la responsabilidad. En medio de esta emergencia, sin precedentes en Colombia y el mundo, lo que menos podemos hacer es dedicarnos a proponer de todo sin medir consecuencias y con afanes populistas.

Una cosa es la tribuna parlamentaria, gremial y otra cosa es la toma de decisiones que deben asumir los mandatarios. Salir a las redes a pedir moratorias de deuda, que la gente no pague, que los bancos den amnistías no es lo más acertado. Lo más peligroso en una economía es promover la cultura del no pago.

No se nos puede olvidar que en los bancos están los ahorros de millones y millones de ciudadanos y el gobierno no es un barril sin fondo que saque recursos para todo y mucho menos para asumir la deuda de los colombianos.

Esta crisis nos llegó y nos tomó a todos por sorpresa. Aún es difícil saber dónde vamos a parar. Por eso, en estos momentos, resulta demasiado populista escuchar a nuestros políticos proponiendo lo divino y humano.

Se necesita estar sentado en la sala de crisis de la Casa de Nariño para entender cómo se evalúan los momentos complejos y cómo se estudian cada una de las medidas que se adoptan. Es muy fácil desde la tribuna pública y política hacer propuestas para quedar bien ante la opinión.

No es lo más responsable proponer moratorias crediticias o presionar al gobierno para que aborte la disciplina fiscal y bote a la basura los esfuerzos que por décadas se ha hecho para ser uno de los países reconocido por el manejo macroeconómico más serio de la región.

Claro que hay que hacer cosas. Es necesario buscar el apoyo a los sectores muy golpeados y también a las empresas para que preserven los empleos. Lo más importante es destinar recursos para que la gente no pierda el ingreso, ya que de perder el trabajo significa que una persona no tenga como pagar sus obligaciones por más moratoria.

Los bancos tienen unan gran responsabilidad y deben hacer esfuerzos para apoyar a las personas que van a resultar afectadas, en especial, quienes demuestren que pierden el empleo por la crisis o aquellos microempresarios que serán los más damnificados. También hay mucho vendedor ambulante que se bancarizó y será muy golpeado. Hay que evitar que estas personas regresen al “gota a gota” para pagarle al banco.

El sistema financiero tiene todas las herramientas para dar ese paso y dar un ejemplo de solidaridad. De acuerdo a lo que vayan observando estoy seguro que tendrán la capacidad hasta para perdonar deudas a personas naturales o jurídicas afectadas. Se trata de establecer mecanismos de reestructuración que permitan ampliar plazos, bajar tasas de interés, refinanciar créditos en mora para que la gente en problemas pueda pagarlos.

En este tiempo de crisis es esencial que los bancos se bajen de tanto cobro por servicios y facilite todo lo relacionado con las transacciones virtuales. Hoy la sociedad espera la solidaridad del sistema financiero.

Ahora lo que más necesitamos es el liderazgo del presidente Duque y el trabajo coordinado con todas las regiones del país. Aquí no se trata de vanidades y demostrar quién es más capaz

En estos momentos lo que menos necesitamos es que los mandatarios locales o el presidente traten de justificar quien toma las medidas “políticamente correctas”.

Necesitamos, unidad, seriedad y coherencia. Lo que nos está pasando no es un juego.

*Director Dirección medios de comunicación y libertad de prensa

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