Por: Manuel Eduardo Riaño

Todo un éxito resultó la estrategia articulada de la Alcaldía de Bogotá y la Gobernación de Cundinamarca con sus mercatones: Cajas con 18 con productos agrícolas de la región (futas, verduras, café, huevos, panela, miel, arequipe), comprados por las entidades directamente a los productores, distribuidas con ayuda del Ejercito Nacional y sin intermediarios comerciales. Tan buena salió la iniciativa que Patricia González, Secretaria de Integración regional de la Gobernación, expresó en sus redes sociales que las 18 mil 700 cajas ofrecidas se agotaron en el fin de semana del 25 y 26 de Julio. Ya se están planeando nuevas jornadas y eventualmente se incluirán otros artículos de la región. Tan buena salió la idea que se vincularon además los departamentos de Meta, Tolima y Boyacá, los proveedores naturales de alimentos para la Capital y sus municipios vecinos.

De acuerdo con las cifras publicadas por la Gobernación de Cundinamarca la acción de intervención de mercado que se realizó, permitió generar un “alza del 155% para el pago a los campesinos, un incremento del 400% de utilidad para ellos y la reducción de un 10% en los precios para el consumidor”. Un productor de papa de Zipaquirá, durante el evento de cierre manifestó que la iniciativa le permitió vender a dos veces más el precio que estaba vendiendo antes.

Definitivamente un gran acierto que benefició de manera directa a los que suelen ser los eslabones más débiles en toda esta cadena de abastecimiento alimentario. Sin embargo, esta acción debe dejarnos un cuestionamiento enorme de políticas públicas alrededor de la seguridad alimentaria de las ciudades y del bienestar y competitividad de los productores agrícolas de la Región.

Esa es precisamente la estrategia que plasmó el Gobernador Nicolás García en su recientemente aprobado Plan de Desarrollo Departamental. De acuerdo con el documento “Cundinamarca Región que Progresa”, la iniciativa compromete el fortalecimiento de las Centrales Campesinas Cundinamarquesas y en constituir la Agencia Comercial del departamento, una agencia que permita acercar al gran comprador con el pequeño productor, disminuyendo o eliminando la intermediación.

Esta Agencia Comercial estaría además relacionada con el fortalecimiento del Sistema de Competitividad e Innovación de Cundinamarca. Una estrategia en línea con los modelos de Región inteligente, donde el desarrollo de las ciudades inteligentes se expande más allá de los núcleos urbanos y se busca impulsar nuevas medidas que apuesten por la especialización inteligente de todo el territorio regional. Con esta iniciativa la Gobernación de Cundinamarca busca potencializar las actividades productivas del campo. Esto es, que los campesinos logren mayores ingresos y accedan a más oportunidades a partir de la transformación de sus productos, de mejoras en la infraestructura vial, de la apertura de mercados a través de la especialización productiva y de tecnología y, por supuesto, la posibilidad de aprender y acceder a servicios oportunos para el desarrollo de sus actividades económicas.

Es por esta razón, que es clave que la estrategia genere proyectos claros y viables para la promoción de la asociatividad y la comercialización para la transformación y la especialización inteligente de productos y por supuesto para mejorar ese rezago enorme de nuestro país en cuanto a la modernización de infraestructura logística para la distribución. Todo un modelo de Región inteligente que genere riqueza y oportunidades a partir de la vinculación de distintos territorios y agentes por la vía de un modelo de impulso colaborativo que repercuta tanto en los grandes núcleos urbanos (Smart City) como en los pequeños municipios (Smart Rural).

No es noticia nueva que los intermediarios se quedan con las mayores tajadas del precio que finalmente pagan los consumidores finales en el sector de alimentos, más evidente aun cuando hablamos de productos agrícolas. Pero tampoco debe nublarnos la acogida tan grande que tuvo la iniciativa en medio de esta Pandemia y con muchas personas con ánimo de solidaridad por los pequeños productores. La Gobernación de Cundinamarca y la Alcaldía de Bogotá no tienen la experiencia, ni está en sus funciones convertirse en una competencia de las grandes superficies o de los grandes centros de abastecimiento. Tampoco es sostenible ni competitivo implementar una empresa de logística distrital o departamental, para eso están los que saben y ya han perfilado su sector. Pero sí que se puede desde la óptica departamental generar mecanismos para organizar la producción, regular y vigilar los precios de compra y venta, generar programas de impulso al campo y a los productores y disminuir muchos de los costos de estas intermediaciones; la Agencia Comercial es una gran alternativa.

En definitiva, la creación y puesta en marcha de esta la Agencia Comercial de Cundinamarca debe ser prioridad para el gobierno regional y su sentido de urgencia debe propender por potenciar la actividad agrícola, la competitividad departamental y el beneficio de los consumidores. Ojalá que hayan más mercatones para nuestros productores agrícolas del Departamento y de la Región, pero aún mejor que se constituya pronto la Agencia Comercial como una solución sostenible y de largo plazo para el bienestar de todos los actores del sistema. Un paso fundamental para pavimentar el camino hacia una Región Inteligente.

*Director Temático del Departamento de Cundinamarca

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