Por: Doreidys Escorcia

El 13 de abril en las noticias leí como el Ministerio de Educación sigue haciendo sus recorridos por Colombia, con el fin, de verificar como van las instituciones en los procesos para el retorno a la presencialidad y/o alternancia y por supuesto, estoy de acuerdo con lo que la ministra María Victoria Angulo expone: «La escuela es un entorno protector por excelencia por eso, es imperativo avanzar en alternancia y ésta debe iniciar lo más pronto posible en todos los colegios del país. Los estudiantes, necesitan retornar a las aulas por su salud mental y emocional para volver a socializar y avanzar con su proceso educativo”. 

Por su parte, desde los departamentos, los gobernadores han definido en sus decretos disposiciones, teniendo en cuenta, las particularidades de cada ciudad y/o municipios con la finalidad de preservar inicialmente la vida, en Barranquilla por ejemplo, desde la secretaria de Educación realizaron los planes y rutas para un regreso seguro, en los que contemplan cuales son las acciones para que cada institución se acoja y realice sus adecuaciones, en Medellín por su parte sigue con el estudio en casa, sin apartar la revisión de aquellas instituciones que podrían iniciar la presencialidad, en Bogotá, mientras esté la alerta roja se trabaja de manera virtual, al igual que en Cali y en Cartagena.

Ante esto, me surge una duda, ¿Alcanzaremos en el 2021 a retornar por lo menos el 80% de las escuelas?, para solucionar este interrogante, partamos del hecho que la vacunación en Colombia no va como se planteó, donde a nuestros abuelos los devolvieron porque se agotó la segunda dosis, si bien es cierto, no se puede regresar a las aulas si no hay garantías, necesitamos docentes vacunados e inmunizados.

Adicional a esto, se amplio el plazo de inscripción de las instituciones publicas y privadas para inscribir a todo el personal que pertenece a ellas y aun no comprendo como no fue la prioridad para los colegios colombianos este tema, queremos regresar pero tampoco colocamos de nuestra parte. A la luz del día ya todos los colegios, centros infantiles y demás ya debieron registrarse por tanto, el tema ya es esperar nuestro turno y ver como avanzamos en el proceso.

La preocupación viene después, ¿cuándo iniciaremos?, en primera medida regresaremos en un modelo de alternancia, lo que implica muchas cosas para ello, por ejemplo, las instalaciones deben cumplir principalmente con los protocolos de bioseguridad, definir cuantos niños asistirán y cada cuanto, teniendo en cuenta, los espacios y el aforo máximo, revisar la infraestructura física, sensibilizar a padres de familia de la importancia del regreso a las aulas y del cuidado en sus viviendas, diseño del plan de alternancia teniendo en cuenta las necesidades particulares de la institución y planta física, que halla como mínimo en sus servicios agua, entre otras mas.

Pero y entonces como se hará con las instituciones rurales donde no se garantiza este servicio, que pasará con nuestros niños, allí es donde en realidad hay que meter la mano, porque sinceramente no veo como se piensa garantizar en estos lugares los protocolos mínimos de bioseguridad donde la regla No1 es el lavado de manos. Hoy puedo decir con conocimiento de causa, que son estos niños los que más perjudicados se han visto, muy a pesar de que con ellos se aplique la estrategia de “guías de aprendizajes” “talleres” etc., porque con llamadas telefónicas la orientación no se da al 100%, muchos de los padres de niños en la ruralidad son analfabetas y las guías solo sirven para adornar la mesa de comedor, y se que así, muchos niños están quedando sin esa educación de calidad que es de todos.

Ante lo descrito anteriormente, El FOME (Fondo de Mitigación de Emergencias) destinó aproximadamente $92.000 mil millones con el fin de obtener los elementos básicos para los protocolos de las instituciones, no obstante solo el 53% de los colegios podrán cumplir con lo que se exigirá según lo afirma El Primer Estudio Nacional de Salud y Bienestar Escolar, elaborado por Escalando; donde analizaron 915 instituciones educativas en Colombia (oficiales, privados, rurales, urbanos) 28 departamentos y 263 municipios.

Desde esta perspectiva, volvemos nuevamente al inicio e insisto que pasará con el otro 47% de nuestros niños, ¿cómo les aseguramos su derecho por educarse en este caos? 

Al respecto opino, que a pesar de ser una urgencia y que soy de las que pide a gritos que volvamos a las aulas, hay que ser consientes que primero que todo está la vida, e indudablemente  hay que seguir en la tarea como docentes, continuar esforzarnos más por brindar en las actividades de clases espacios diferentes, movilizando saberes, propiciando el aprendizaje significativo, ayudar a fortalecer la salud mental, unión familiar, ofrecer instrumentos para la regulación de la inteligencia emocional de los aprendices, mantener unidad de criterio desde los lineamientos institucionales con el fin de que sea la columna vertebral para el venidero regreso a las aulas 2022.

En conclusión, veo un 2021 nuevamente desde la virtualidad, donde como docentes no debemos bajar la guardia para generar ambientes virtuales excepcionales, cargados de nuevas experiencias, que los padres de familia sigan colaborando en la tarea de enseñar, cuidarse en casa, fortalecer la crianza respetuosa y desde el gobierno seguir exigiendo esa mirada justa hacia los mas vulnerados, cerrando esas brechas digitales, proponiendo que nuestros gobernantes hagan más inversión hacia esa educación tecnológica, con acceso a las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información.

 

*Miembro Dirección de Educación 

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