El turismo y su aporte para el fortalecimiento de la economía del país

El turismo y su aporte para el fortalecimiento de la economía del país

Por: Tatiana Ríos Matta

Si hablamos del  turismo, podríamos decir que desde sus inicios ha tenido una evolución constante en el tiempo y que esto se debe a diversos  factores. Primero un cambio en la visión social y en sí, un cambio en el comportamiento del ser humano con su entorno, segundo la evolución constante de las comunicaciones y tercero pero no menos importante, el crecimiento exponencial de la tecnología.

El turismo apalanca el desarrollo económico de los países, quienes conscientes de esta situación concentran sus politicas públicas a favor de su crecimiento y para obtener grandes dividendos, como ocurre en Italia y España. Las personas disfrutan mucho viajar y conocer nuevas culturas, atractivos que pueden ser monetizados si se hace una apuesta en el sector.

En el caso de Colombia, el comportamiento del turismo ha sido muy complejo, debido al lastre de la violencia que por décadas lo había afectado, junto con problemas económicos y ambientales que no le permitieron al sector turístico crecer.

Sin embargo, el desarrollo que ha tenido el turismo a nivel mundial, ha generado un cambio positivo, que ha estimulado su crecimiento dentro del territorio colombiano, permitiendo que  en los últimos años se generen  altos ingresos, empleo y se contribuya al desarrollo.

La economía colombiana no percibía ingresos significativos del turismo debido a los problemas de violencia que vivía desde los años sesenta. Pero en la última década el país ha tenido un desarrollo económico y cultural exponencial, y sin duda, el sector del turismo ha llegado a ocupar uno de los renglones fundamentales.

Las políticas de fácil ingreso para el público extranjero y los sitios turísticos que abarcan historia, naturaleza y belleza tropical, han sido  los grandes atractivos para que  Colombia se fortalezca en este campo.

El DANE, para el 2019, reportó que el sector turismo había aportado a la Nación cerca de US$ 11.159 millones por concepto de inversión extranjera, esto demuestra que estas inversiones en sí, son elementos claves que posicionan a Colombia como un destino rentable y seguro para hacer negocios prósperos y  perdurables en el tiempo.

Y es que para ese mismo año, Colombia recibió US2.129 millones en inversiones extranjera directa en comercio, hoteles y restaurantes, en particular, en la hotelería ascendió a unos US 243 millones con 21 proyectos.

Por esto, pese a la pandemia, Colombia sigue siendo muy atractiva para invertir, pues ha puesto a favor de las empresas una serie de múltiples beneficios tributarios que abarcan desde la reducción de impuesto de renta hasta diversas exenciones.

Por ejemplo, están los incentivos de renta diferencial para nuevos proyectos hoteleros que se construyan, remodelen  o amplíen en municipios de hasta 200.000 habitantes dentro de 10 años, esto significaría un crecimiento en aquellas ciudades emergentes o municipios  que  tienen potencial de crecer en este sector  y que pueden ofrecer  experiencias diferentes a las  de otras ciudades principales.

Desde PROCOLOMBIA,  entidad encargada de promover el turismo, se han venido dando avances significativos en materia de inversión extranjera y en la imagen del país, que  nos ponen como uno de los principales destinos turísticos vacacionales y de negocios para viajeros internacionales,  imponiéndonos como uno de los países más atractivos para visitar e Invertir en LATAM.

Colombia como “Marca País”, es uno de los pilares más importantes que tiene PROCOLOMBIA;  así mismo, campañas como “Colombia Es Pasión”, “La Respuesta es Colombia”, “Colombia Realismo Mágico” y “Colombia, el riesgo  es que te quieras que dar”, han hecho que a nivel mundial la expectativa de conocer el país, disfrutar de su cultura, su gastronomía, sus riquezas naturales  e invertir en su economía crezcan a pasos agigantados.

Por esta razón, en tiempos de la Covid 19, pese a los duros golpes que ha recibido el sector y los subsectores, no se debe desfallecer, ya que  Colombia es un país que tiene mucho potencial y no se pueden dejar de lado los avances  que se han obtenido y que la tienen como un referente internacional.

Para mitigar parte de los efectos negativos de la pandemia se recomienda a las empresas turisticas aplicar a las ayudas que ofrece el gobierno y que pueden minimizar el desastre. Debemos estar preparados para la reactivación del sector y para aportar en la recuperación del país como se ha hecho en los últimos años de forma exitosa.  

Por esta razón, hemos querido proponer las siguientes alternativas de reactivación del sector turismo:

  • Incentivar el turismo nacional y regional. Según datos del Ministerio de Comercio Industria y Turismo, dependiendo de cuando se levanten las restricciones de viaje, la llegada de turistas Internacionales podría reducirse entre un 60% y 80% por lo que se debe fortalecer el turismo interno, redescubrirse con la naturaleza y realizar viajes cortos.

Por lo que las regiones deberán incentivar y sacar programas donde los visitantes puedan conocer sitios que tal vez antas eran poco explorados y  que generen ingresos que ayuden a los comerciantes locales.

  • La Digitalización de recursos turísticos también va jugar un papel importante, al empezar a realizar una verdadera transformación digital de los destinos, de las empresas y de sus empleados  con iniciativas como formación gratuita en línea, implementar eventos virtuales para exhibir recursos culturales creando experiencias turísticas electrónicas rápidas y fluidas, creación de Apps para mejorar la operación de aeropuertos, hoteles y agencias de viajes a nivel internacional siempre creando una conciencia del distanciamiento social en los mismos.
  • La Cooperación entre toda la cadena de valor turística, permitirá que en este tiempo puedan establecer estrategias de colaboración mutua para que la Industria salga adelante unida.
  • La Sociedad y el medio ambiente son fundamentales, se debe repensar en un verdadero turismo sostenible y con trabajo integral que permita relaciones armónicas con los ciudadanos y el medio ambiente.
  • Estrategias de marketing para atraer a los turistas no solo basadas en precios. Aquí es muy importante crear confianza y seguridad, por lo que todos en la cadena  de valor deberán implementar  los protocolos de bioseguridad que proponen los gobiernos, y así crear  nuevas posibilidades de mercadear experiencias turísticas donde se pueda informar y transmitir todo lo que se está haciendo para que puedan viajar tranquilos y 

Así que pese a la  situación que se está viviendo y que ha afectado a toda la industria turística de una manera incontrolable no podemos ni debemos  desfallecer,  “ser proactivos”  es la clave para que cuando  regresemos seamos más  fuertes y contribuyamos positivamente  a la reactivación económica de nuestro país.

*Columnista invitada de la Dirección de Emprendimiento

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El turismo y su aporte para el fortalecimiento de la economía del país

¿Es el momento de los jóvenes?

Por: Juan Sebastián Delgado

Corría la primera semana de diciembre de 2010, era el segundo viaje que hacía en el año – no era como hoy que los aviones se volvieron mi constante -, estábamos en Bogotá y digo estábamos porque éramos un grupo significativo de jóvenes de diferentes regiones de Colombia que queríamos cambiar el país.

Se cerraba un año de trabajo construyendo el estatuto de ciudadanía juvenil, o por lo menos el proyecto que queríamos presentar para darle mayor participación a los jóvenes en instancias de poder y en procesos de incidencia pública.

Al llegar a Cundinamarca la discusión y participación de diferentes organizaciones juveniles, líderes estudiantiles, ONG ́s y universidades ya había pasado por Cauca, Santander, Antioquia, entre otras regiones, todo en pro de construir algo que integrara los sentires y necesidades de los jóvenes colombianos.

Antes de nosotros muchos otros nombres ya habían recorrido el camino, nuestro trabajo no era nuevo, era de continuidad. Aún lo sigue siendo.

Y cuando me refiero a “continuidad” no lo asocio con el continuismo tan común en el ejercicio electoral o político, hablo de la gran responsabilidad que adquirimos – a partir de experiencias previas – quienes hemos adelantado algún proceso para fortalecer, empoderar, o apoyar a los jóvenes que han buscado hacer parte de las diferentes instancias del poder o han querido tener alguna incidencia en el sector público. Esto es un ejercicio de no acabar. Siempre habrá que trabajar por la juventud.

Quise iniciar el texto con una reflexión medio anecdótica porque desde que tengo uso de razón se ha vuelto reiterativo escuchar la frase “Es el momento de los jóvenes”, en mi caso se volvió mantra en 2010, pero hoy, diez años después aún sigue siendo vigente, tal vez no literal, pero el mensaje es el mismo.

Para dar un ejemplo reciente, el nuevo presidente de República Dominicana, Luis Abinader en el día internacional de la juventud le envió un mensaje a través de Twitter a los jóvenes de su país “Ustedes representan el principal motor de desarrollo y la innovación del país” y como él existen cientos de momentos donde la invitación a participar y buscar el cambio se hace visible.

Hoy, después de haber caminado por varias instancias políticas y procesos juveniles y sin el interés de retirarme aún de estos espacios, me han quedado múltiples aprendizajes y quisiera compartir cinco de ellos:

  1. No hay un “momento de los jóvenes”, si quieren alzar la voz y hacerse sentir siempre será el momento.
  2. El cambio no es responsabilidad exclusiva de otros, cada uno de nosotros, independiente de la edad, debemos poner de nuestra parte.
  3. Ser joven y hacer política no es un proceso fácil, es cierto, pero tampoco imposible. Lo primero es tomar la decisión, seguido por delimitar el camino y finalmente trabajar incansablemente para llegar a la meta.
  4. La política no es solo un ejercicio electoral, hay diferentes procesos de incidencia pública en la que los jóvenes pueden tener cabida, hay que analizarlos, entenderlos y mirar las diferentes formas en que se puede aportar.
  5. El uso de canales digitales y el entender cómo se utilizan correctamente nos ha abierto las puertas para hacernos sentir, aprovechemos este tipo de espacios, no para polemizar, sino para debatir, argumentar y por supuesto aportar, esto sí que le hace falta al país, especialmente en el universo digital.

En conclusión, ¿Es el momento de los jóvenes? Sí, siempre lo ha sido. Tenemos que creernos el cuento y trabajar por ello. En Colombia hay más de seis millones de jóvenes, es decir que alrededor del 12% de la población total está entre los 14 y 28 años, edades interesantes y suficientes para participar en instancias que van desde los Consejos Municipales de Juventud, pasando por ejercer el derecho al voto, siguiendo por ser elegidos para cargos nacionales y territoriales de elección popular y finalizando en hacer parte de gabinetes, o equipos de trabajo de instancias gubernamentales. Son múltiples las opciones.

Como dirían en una caricatura que veía en mi infancia, ¿Qué vamos a hacer esta noche? Tratar de conquistar el mundo. Ahí está el reto, pero también la invitación.

*Columnista invitado de la Dirección de Juventudes

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Nuevo enfoque regulatorio para las plataformas tecnológicas

Por: Germán Dario Arias Pimienta

La Comisión Europea define las plataformas tecnológicas como “Empresas que operan en mercados de dos o múltiples partes, que utilizan Internet para facilitar las interacciones entre dos o más grupos de usuarios distintos pero interdependientes, a fin de crear valor al menos para uno de esos grupos”, lo que implica nuevos modelos de negocio y sustitución de algunos existentes como ha pasado a lo largo de la historia.

Los nuevos mercados digitales se sustentan en tres elementos: Unos usuarios que demandan uno o varios servicios, unos proveedores que ofrecen uno o varios de ellos y una plataforma que se encarga de unir oferta con demanda a cambio de un precio que puede ser cero, una comisión, o cualquier otro tipo de remuneración que se acuerde entre las partes, como es por ejemplo el uso de datos de usuario.

Estas nuevas dinámicas implican grandes retos para hacedores de política y reguladores, dado que los modelos de intervención tradicionales construidos sobre una teoría económica clásica, parecen no funcionar en la economía digital. Este fenómeno ha sido estudiado por prácticamente todos los organismos multilaterales como la OCDE, la UIT, el Banco Mundial, la CEPAL, etc., quienes coinciden en varios elementos, de los cuales quiero resaltar los siguientes:

  • Es necesario revaluar los modelos de intervención en la economía dado que las dinámicas de las plataformas digitales son distintas a las de los negocios tradicionales. Ejemplo de ello es la definición de precio que puede ser incluso cero, cuestión que podría despertar sospechas desde la óptica de la regulación tradicional (Subsidios cruzados, precios predatorios, etc.), sin embargo, el análisis de los precios ha llevado a construir nuevas metodologías de definición de mercados relevantes y poder de mercado, entre otros aspectos.
  • Los Gobiernos no pueden pretender regular las plataformas basados en normas existentes, por lo tanto es necesario crear nuevas reglas que privilegien la innovación, los nuevos modelos de negocio, la transparencia y la protección de los intereses de los consumidores.
  • Históricamente el desarrollo tecnológico ha tenido efectos en la economía, sin embargo, la respuesta no puede ser frenar la innovación por proteger intereses particulares. Es necesario buscar el equilibrio y mecanismos de transición que minimicen los posibles efectos negativos.
  • El aprovechamiento de la cuarta revolución industrial comienza por un cambio cultural, en especial en el gobierno, dado que finalmente es el gobierno quien define las políticas públicas.
  • La economía digital es global por naturaleza, lo que implica que se requieran soluciones integrales y coordinación internacional más allá de las fronteras físicas.
  • Las estructuras de intervención de los estados donde prima lo vertical sobre lo horizontal no funciona en la economía digital, que por naturaleza es transversal a todos los sectores, por lo tanto es necesaria la creación de mecanismos de coordinación interinstitucional o incluso de nuevas instancias para la toma de decisiones.

En este sentido, causa un poco de preocupación ver como actualmente en el Congreso de la República cursan sendos proyectos que pretenden regular las plataformas tecnológicas de transporte, donde el elemento común (Con excepción de un proyecto) es pretender aplicar las reglas de los negocios tradicionales a los nuevos negocios, que como lo dije anteriormente, es un error que nos llevaría a conseguir resultados sub-óptimos, freno a la innovación y no reconocimiento de los intereses de los consumidores.

En estos proyectos se pretende que los vehículos que presten servicios de transporte tengan un tratamiento similar a los de los taxis tradicionales, cuando lo correcto sería que los taxis tradicionales tengan un nuevo tratamiento para que puedan competir con los nuevos modelos de negocio. No se consiguen los mejores resultados regulando los nuevos modelos sino desregulando los existentes.

Reconozco que existen retos relacionados con las cargas públicas del servicio tradicional, el pago de cupos, seguridad social, etc., a los que se les debe buscar una solución, pero ésta no puede ser la protección de un sector que por más de 50 años ha podido beneficiarse de las barreras artificiales del negocio, como es el cobro de cupos millonarios por cada carro que pretenda prestar el servicio público de transporte de pasajeros.

Soluciones como el cobro de un porcentaje de los ingresos para la creación de un fondo de modernización parece sano, buscar la desregulación y modernización de las reglas de prestación del servicio de taxis también, incluso la obligación de un registro y contar con seguros para la protección de los pasajeros es necesario, pero pretender que la operación de las plataformas tecnológicas tenga que regirse por las mismas reglas que hoy aplican al servicio de transporte, no solo es anacrónico, sino que riñe con las mejores prácticas y especialmente, no reconoce los intereses de los consumidores, quienes piden a gritos mejores servicios, más accesibles y donde ellos tomen las decisiones respecto de quien les presta el servicio, en que condiciones  y a que costo.

La cuarta revolución industrial ya está aquí, con grandes beneficios para las empresas y en especial para los ciudadanos, por lo tanto pretender frenar el desarrollo con reglas que no reconocen la nueva realidad, nos puede traer graves consecuencias, tanto en términos de crecimiento económico, como en bienestar de la población.

*Columnista Invitado

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Müüücho trabajo, enfoque y un poquito de terquedad.

Müüücho trabajo, enfoque y un poquito de terquedad.

Por: Raíssa João, Co Fundadora de Vaki.co

3 ingredientes clave en la historia de nuestro emprendimiento con Vaki; hoy plataforma líder del crowdfunding en Latinoamérica.

 

Cuando decides emprender, todos los que están a tu alrededor siempre suelen tener opiniones respecto a cómo lo que estás intentando puede que no funcione, qué deberías hacer mejor, por qué no mejor irte por A o por B.

Los que logran salir intactos de la lluvia de comentarios y sugerencias, coincidencialmente, son los más exitosos. Es así como en nuestro camino con Vaki, confirmamos una máxima: los emprendedores somos tercos y es necesario serlo.

Cuando lanzamos Vaki -antes lavaquinha.com- en 2016, llegamos a disfrutar del éxito con nuestros primeros usuarios en nuestra etapa de retención del producto viable mínimo (MVP).

Sin embargo, seguíamos escuchando en todos los eventos en los que participábamos que el crowdfunding en Colombia no funcionaba. ¨Otros ya lo han intentado y fracasan¨, ¨el problema es que los Colombianos no son solidarios¨, ¨mejor hacer otras cosas ¡esas si funcionan!”, decían.

Mientras tanto, la velocidad de nuestro crecimiento aumentaba, pero incluso los ejemplos (🦄) de emprendimiento y éxito que alimentaban los titulares de los medios de comunicación, nos hacían dudar. Al punto de pensar que algo en efecto estaba mal, que “ellos” tenían razón.

Fueron dos años recibiendo consejos ¨bienintencionados¨ que solo generaron desenfoques y gastos innecesarios. Hasta que decidimos dar un gran paso: escalar nuestro proyecto a un nuevo nivel y finalmente, todo cambió.

Recibimos a nuestros primeros inversionistas ángeles quienes confiaron y decidieron con nosotros apostarle al crowdfunding. De la mano con ellos, en el primer trimestre de 2018, empezamos a trazar un camino contundente con una dirección y objetivos claros.

El crowdfunding se convirtió en nuestro propósito de vida, más allá de un modelo de negocio. Nos dimos cuenta del impacto que Vaki podría generar y no había vuelta atrás. Fue el momento en el que reconocimos aún más, la importancia del poquito de terquedad.

Entramos a un período de prueba significativo lleno de experimentación e interacción, aún así seguimos creyendo y nuestros oídos permanecieron atentos exclusivamente a nuestros usuarios.
Fue aquí cuando llegó nuestro actual nombre Vaki junto al lanzamiento de una nueva versión de nuestra plataforma totalmente enfocada en el crowdfunding de donación y recompensa.

Meses después tuvimos nuestra primera Vaki viral:  #UnaVacaPorDeLaCalle (2018) que hasta hoy sigue siendo una de las campañas con mayor recaudo de financiamiento colectivo en América Latina. Pese al susto que la viralidad nos trajo: How we spent 30k USD in Firebase in less than 72 hours lo que siguió fue una secuencia de Vakis exitosas y confianza en nuestra marca.

#UnaVacaPorDeLaCalle se convirtió en la semilla de Vaki Politics (2019) y la ciudadanía pudo empezar a financiar de forma transparente las campañas políticas de candidatos de todos los partidos de distintas ciudades de Colombia.

Seguidamente lanzamos Vaki Sponsor posibilitando el patrocinio para causas, fundaciones, movimientos ciudadanos y creadores de contenido como Noticias Uno, que lanzó su Vaki #UnaVacaPorLaRedIndependiente y se convirtió oficialmente en la campaña de crowdfunding de donación más grande de América Latina.

Comenzamos a enseñar sobre el crowdfunding de donación y recompensa por medio de talleres y charlas en distintos eventos y con nuestro propio contenido. Del mismo modo, guiamos a cada uno de nuestros Creadores en sus Vakis.

El trabajo que para algunos era tiempo perdido y demasiado dispendioso para valer la pena, hoy está cambiando nuestras vidas y las de miles de personas.

Logramos crear lo que siempre soñamos: una sola plataforma que centralizara distintos tipos de Vakis; que respondiera a las necesidades de cada persona, proyecto, causa, idea, comunidad o sueño; les facilitará sus experiencias; y les ofreciera una opción simple, recursiva y auténtica. 

Actualmente (2020), con la llegada de la pandemia a Colombia, Vaki sigue confirmando su propósito y alcance. Apareció una explosión de solidaridad: müüüchos ciudadanos empezaron a crear Vakis para ayudar a los más necesitados y müüüchos más vakers aparecieron para aportar y apoyar.
Hasta el momento han sido más de 100 mil aportes y 2 millones de dólares recaudados desde que empezó la cuarentena en Colombia. Similar a lo que habíamos vivido con las dos vakis virales, el crecimiento aumentó 10 veces más cada semana y esta vez, con varias vakis recaudando.

El Colombiano SI es solidario, más que todos sus vecinos, y el crowdfunding sí es posible en Colombia. Lo que se necesitaba era que se tradujera crowdfunding a la cultura y costumbres del país y que se encontrara valor en las causas para aportar.

Nuestra comunicación sencilla que cambia la palabra crowdfunding por “vacas en línea”, los años de dedicación en educación y en crear una solución diseñada por y para latinos está dando frutos.
Ahora al momento de querer crear una ¨vaca¨ los Colombianos ya saben a dónde ir 🐮💪.
Hoy nuestro equipo está creciendo, seguimos comprometidos más que nunca e innovando tecnológicamente. Después de todo, podemos decir con certeza: el crowdfunding en Colombia está sólo empezando; el empoderamiento ciudadano y la democratización de fondos puede generar un gran impacto en el país y estamos listos para empezar esta aventura por todos los países de América Latina.

*Miembro Invitado de la Dirección de Emprendimiento

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¿Federales?

Por: Pablo Trujillo

Iniciada la emergencia sanitaria muchos esperaban que estuviera lejos el día en el que la pandemia se abriese paso hacia los territorios más olvidados del país: El Amazonas, Chocó, la Guajira y la región insular colombiana, tendrían que soportar el golpe del virus en una situación de precariedad abrumadora. Una crisis multisectorial como la que se vive hoy en el país revela con crudeza el crecimiento disparejo entre regiones del que ha sido objeto Colombia, que mira con tristeza e impotencia el decaído estado de las regiones más desfavorecidas del país. La situación crítica en las regiones ha admitido la pregunta que algunos parlamentarios se han hecho en estos días: ¿El modelo unitario le falló a las regiones?

A pesar de vivir entre las mismas líneas fronterizas y ser acreedores de los mismos derechos, para nadie es un secreto que de departamento en departamento la situación cambia bruscamente, y entre más lejos de Bogotá, más pequeña es la porción del presupuesto nacional, donde tantas veces hay que raspar la olla para satisfacer las necesidades de 32 departamentos y sus distritos especiales. La compleja dependencia de las regiones con la capital pone sobre la mesa la fiabilidad del Estado unitario y la exclusividad en el manejo de los recursos desde el gobierno nacional.

De ser así, habría que desempolvar la discusión federalista que parecía haberse archivado hace más de un siglo. La intensificación de los problemas que residen en la construcción del país “de adentro para afuera” justifica volver al debate sobre el Estado unitario, donde es indiscutible que hay departamentos donde no se recibe acorde con lo que se da, o donde algunos departamentos simplemente no son beneficiados acorde a sus necesidades. A lo largo de los años se ha evidenciado que el gobierno nacional no puede apreciar completamente los problemas locales, no tiene ni ha tenido la capacidad operativa para resolverlos todos y tampoco le ha dado las herramientas suficientes a los departamentos para que éstos actúen. Por supuesto, el federalismo implica el reto de articular las iniciativas locales con las metas nacionales, pero a cambio veremos un crecimiento más equitativo con departamentos fortalecidos y proactivos que puedan contribuir con creces a la nación, particularmente en el ámbito económico al explotar el potencial productivo y de innovación en cada territorio.

            Tal vez la ventaja más publicitada del federalismo es la garantía de autonomía y recursos para las gobernaciones de modo que estas puedan ejercer con mayor pragmatismo y eficiencia en la construcción de políticas públicas mejor enfocadas frente a los problemas particulares que enfrenta cada región. Los gobiernos del siglo XXI han dado pasos importantes en la atención a los territorios más apartados del país, pero las funciones del Gobierno solo pueden ramificarse hasta cierto punto antes de que este empiece a perder su eficacia o incurra en gastos públicos insostenibles e injustificados. Las situaciones complejas en los departamentos requieren mayor celeridad y algo más que “paños de agua tibia”, como se han denominado en ocasiones las soluciones transitorias que más temprano que tarde terminan por caerse.

Con mayor autonomía para los territorios el federalismo permite la implementación de normas locales o departamentales, elemento beneficioso para formar una suerte de “laboratorios” de política pública donde se puedan ensayar los efectos de iniciativas como la regulación del consumo de estupefacientes o el ingreso básico universal a nivel regional antes de lanzarlas al debate nacional. La política desde los departamentos puede entonces ofrecer soluciones innovadoras al narcotráfico, a la pobreza multidimensional y al aún limitado acceso a la educación, que dependen en gran parte de legislación que el Congreso de la República tardaría en proponer, debatir y tramitar a nivel nacional.

En el caso de adoptar un modelo federal para el manejo presupuestal y tributario, gobernaciones y alcaldías tendrían mayor autonomía a la hora de estructurar su presupuesto acorde a lo que tienen y lo que necesitan sus departamentos. En las regiones menos favorecidas económicamente esto suena atractivo, entre otras cosas podría ser finalmente poseedores de las regalías por la explotación de sus recursos naturales, como es el caso del Catatumbo, largamente explotado y pocas veces beneficiado por las petroleras multinacionales.

La interminable procesión de gobernadores encargados en la Guajira y otras regiones por malos manejos del presupuesto local devela la necesidad de fortalecer las labores de control de la Procuraduría, la Contraloría y la Fiscalía a nivel nacional y departamental para evitar actos semejantes de corrupción en un escenario federal donde habría mayor erario y poder en las manos de los dirigentes locales. Igual que repensar la labor de los entes de control, habrá que discutir qué funciones deben quedar en manos del gobierno nacional y qué debe pasar al dominio de los departamentos.

Un debate como éste es largo y complejo, no se trata de un simple “cambio de canal”; Es la reestructuración de un Estado que debe velar por la equidad en el cumplimiento de los derechos de cada colombiano independiente de la región donde viva, a fin de cuentas, al igual que una cadena y sus eslabones, Colombia es tan fuerte como su región más débil y vulnerable.

Al momento no se sabe si la iniciativa federal se traduzca en un proyecto de acto legislativo para cambiar la configuración territorial del país. Sin embargo, la crisis que hoy atraviesa el país exige que nos preguntemos por la eficacia del sistema unitario colombiano y el papel de los departamentos en el plano nacional: ¿El gobierno unitario encapsula el potencial del país? ¿Qué hacer para saldar la deuda con tantos territorios olvidados?

*Columnista Invitado

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