Por: John Jairo Ocampo 

-¿A cuántas cuotas señor?

Difiérala a lo máximo, las 48 cuotas que permite el banco

-¿Seguro?

Sí no importa. Igual no sabemos qué va a pasar. Si esto se arregla púes miramos como pagamos y si esto sigue mal pues tendremos que esperar que el Gobierno o el banco nos ayude.

Esta conversación entre una cajera y un comprador en un supermercado de Bogotá deja mucha preocupación sobre la forma como el ciudadano está pensando manejar su situación personal o familiar en medio de la crisis

Este es el momento de la prudencia. Además de cuidar la salud es necesario cuidar el bolsillo y saber cómo financiar los gastos hacia un futuro con el horizonte lleno de nubarrones.

No deja de ser preocupante que en la mente del colombiano esté la idea que el Gobierno o los bancos arreglarán todos los problemas. Eso es una forma peligrosa de ver las cosas y podría terminar generando una situación más compleja en el futuro.

Una vez superado el riesgo de un contagio masivo de Covid-19 y que estemos lejos de situaciones como las de Estados Unidos, Italia, o España, la normalidad demorará en aparecer, no estará a la vuelta de la esquina.

Es cierto que esta emergencia sanitaria nos va a llevar a una crisis social y económica de inmensas proporciones. Ya el Fondo Monetario Internacional, FMI, sentenció que el mundo enfrentará un desequilibrio peor que el de la Gran Depresión de 1929.

También es cierto que esta situación nos golpeará a todos, pero lo que no puede pasar es cruzarnos de brazos y esperar que alguien arregle los problemas.

Es necesario que los colombianos entiendan que no habrá fórmulas mágicas, después de que se levante la cuarentena, para superar todos los daños causados.

Pueda que se vea un alivio en la curva de contagios, pero hacia adelante se acentuarán los problemas macro y microeconómicos. Los esfuerzos, sin descuidar la salud, estarán en la reconstrucción de la azotada economía. ¿Cómo recuperar los empleos destruidos? ¿Cómo se recuperarán los bancos del aumento que tendrá la morosidad? ¿Cómo recuperarán su ingreso los trabajadores informales? ¿Los emprendedores cómo recuperarán su dinámica de negocios?

Es una equivocación, para el manejo de las finanzas personales, dejar de pagar las cuotas de los créditos, pedir refinanciación, no pagar los impuestos o no cumplir con las obligaciones cuando no se ha perdido el empleo y se mantiene el ingreso.

Según el estudio, “Vulnerabilidad del empleo a la emergencia de COVID-19 en Colombia”, realizado por la Universidad de los Andes, en el país hay cerca de 12 millones de trabajadores de sectores pocos vulnerables a ser afectados por cuenta de las restricciones que ha conllevado la emergencia por la pandemia.

Estos sectores son el agrícola y ganadero, el comercio al por menor de bienes básicos, empleados públicos, trabajadores del sector de la salud, educación y comunicaciones.

Así las cosas, tenemos que ser conscientes que no todos deben estar sentados esperando a ver cómo me cuelgo de las ayudas o dejo de pagar obligaciones esperando los beneficios que de manera desordenada ha adoptado el Gobierno. En otras palabras, aquí no aplica el dicho de las abuelas “al lado del enfermo come el alentado”.

Si se tiene con qué pagar no es buena opción diferir cuotas de créditos o pagos de tarjetas. Tampoco dejar de pagar los servicios públicos y mucho menos dejar de aportar a la pensión.

Quienes aplacen sus cuotas teniendo la capacidad para pagarlas, incurren en un error, pues eso no significa que se las dejen de cobrar. Seguro que les pasarán la cuenta más adelante y quizás con intereses y condiciones más onerosas

Tampoco es viable jugar con la estabilidad del sistema financiero. Lo que está en los activos de los bancos es el ahorro de millones de colombianos. Es necesario ser cuidadosos y tampoco sentarse a esperar cómo la entidad financiera ayuda, así no lo necesite.

Mientras se pueda, hay que mantener al día sus obligaciones y dejar que las ayudas lleguen primero a los que verdaderamente lo necesitan.

Tampoco deben sentarse a esperar los medianos y grandes empresarios, ni los bancos a que el Gobierno les tienda la mano. Es muy común escuchar a voceros de empresas y entidades financieras pidiendo que sea el Estado el que los ayude por vía de más beneficios tributarios o líneas especiales.

No todos necesitan apoyo. Las micro, pequeña y los emprendedores se están asfixiando por falta de caja y necesitan la mano tendida no solo del Ejecutivo, también de los bancos y de los proveedores. Escuchar a los dueños de grandes empresas pidiendo beneficios da grima y más cuando se revisan los balances que arrojan billonarias utilidades en 2019

Así como el Gobierno tendrá que reorientar gastos y de pronto aplazar grandes proyectos para reorientar los recursos hacía el apoyo de los que más necesitan, las grandes empresas y las entidades financieras deben hacer un esfuerzo y sacrificar parte de la repartición de utilidades para sostener sus nóminas e inyectar el capital necesario para reactivar su empresa, su sector y el país entero. Hay que reinvertir en su capital humano que por años ha multiplicado sus beneficios.

¡La crisis toco a todos, pero no todos deben esperar qué les darán!

#ConTodoRespeto:  La avalancha de anuncios y la poca pedagogía realizada por el Gobierno y los propios medios de comunicación, hace creer que muchos ciudadanos no entienden y por eso la gran mayoría creen que la opción es sentarse a esperar.

(*) Periodista especializado en economía y director de Medios de Comunicación y Opinión Pública. 

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