“El coronavirus viene de la sangre; no del murciélago”

“El coronavirus viene de la sangre; no del murciélago”

Por: Iván Mauricio Arrieta

Ramón, al igual que la totalidad de los mamos de la Sierra mantiene estrecha comunicación con los padres espirituales, son ellos quienes confieren responsabilidades para la toma de decisiones que afecten la vida cotidiana de los miembros de su pueblo. En la madrugada del 5 octubre del 2014, Ramón logró sobrevivir a la caída de una poderosa tormenta eléctrica en Kemakumake, la cual acabó con la vida de 11 miembros de su pueblo, entre ellos uno de sus hijos y un nieto, mientras se encontraban deliberando en la Unguma, sitio de reunión tradicional de los hombres.

Al día siguiente, el país se conmovía con las imágenes de las viviendas y sitios ceremoniales de madera y palma totalmente calcinados por el impacto del rayo. Los medios de comunicación nacional reproducían las declaraciones del mamo Ramón aun con el tizne del fuego en su cuerpo, manifestando que el suceso fue un castigo de Shipomba, “padre del rayo”, en represalia por las continuas afectaciones a la naturaleza, tala masiva de árboles, contaminación de fuentes de agua y saqueo de elementos materiales del territorio sagrado. Advirtió en esa ocasión, que vendrían  más enfermedades y sucesos trágicos en la humanidad si no hacíamos caso de las advertencias de los padres espirituales. “El rayo me dijo: le quitamos 11 para que hagan caso, y digan a los hermanitos menores (no indígenas) el mensaje también, si no pagan, voy a volver– dijo.

Iniciando el mes de febrero visité a Ramón Gil en su casa de Gotzezhi, allí me recibió con su afable sonrisa y su acostumbrado reclamo de olvido.  Acostado en su chinchorro me contó que ya casi no ve, ha ido perdiendo su vista producto de una vieja catarata que nunca se trató. Solo ve sombras y algunos colores ya opacos. Aun así, “estoy tranquilo y feliz”- me dijo- “si quedo ciego ya vi lo que tenía que ver”- concluyó.

En cada encuentro con Ade (padre en damana, lengua Wiwa) Ramón, me cuenta  de Sintana, Matuna y kalashé, padres  espirituales del pueblo Wiwa, con los cuales se comunica en extensas jornadas nocturnas a través del zhatukwa, un milenario mecanismo de consulta que utilizan los mamos, el cual logra concertar las decisiones más trascendentales de los miembros de su comunidad con los padres del universo, presentes ahora en las montañas, ríos, lagunas y páramos de la Sierra Nevada de Santa Marta.

No hay un mejor narrador de historias “de antigua” que él, navegando entre los destiempos del positivismo, pero con la circular lógica del pensamiento indígena, acude a los principios del universo para explicar realidades fácticas de la materialidad actual. Ramón despliega una fascinante escenificación peripatética, ahora parsimoniosa, donde imita las voces de los espíritus e inefables expresiones corporales de árboles y piedras, tal cual como ellas le hablan a él, logrando transmitir el mensaje más profundo de las palabras de los mayores, las cuales se encuentran   grabadas en cada rincón del territorio ancestral.

De sus extensos relatos e incalculables entrevistas se ha publicado una amplia variedad de artículos, editado videos y documentales, y se han escrito varias tesis de antropología, tan archivadas ahora, como sus titulares autores olvidaron al viejo Ramón. En general, como los antropólogos nos olvidamos de los indígenas y sus temáticas.

Entre café y hayo conversamos de todo un poco, yo, con mi oído y mi atención afinada tratando de llevar el hilo de los apuntes entre Damana, Kogian, y español, idiomas que maneja a la perfección con vanidosa presunción de desconocimiento. Procuro entonces anotar palabras clave, captando su pronunciación, tratando de no interrumpirlo, para luego acudir a una larga jornada de traducción junto a sus sobrinos y nietos, quienes no le pierden pisada alguna y aprehenden a diario de un sabio invaluable para la memoria del pueblo Wiwa y para el equilibrio del orden natural del universo.

Su relato culminó con afán, como nunca lo había visto, como si algo lo inquietara. Detuvo abruptamente su palabra y el movimiento de la hamaca, interrumpiéndose extrañamente a sí mismo con una pregunta directa: ¿qué se dice en la ciudad del coronavirus? 

Le conté medianamente lo que decían los noticieros. En realidad, para esa fecha no era un tema que inquietara al país, tampoco a mí. Me sorprendió su intranquilidad por el tema: Dicen que viene de China –le dije– parece que en un mercado de allá se comieron un murciélago y de allí mutó la enfermedad. No dije más. El tono de su pregunta me indicaba que tenía más respuestas que incertidumbres al respecto. Te voy a decir algo -inició- a mí me han hecho muchas películas y videos, me conocen mucho, pero los hermanitos menores nunca escuchan bien. Se acomodó sentándose en el centro de su chinchorro. Yo también he comido murciélago-continuó-pero antes pagábamos por eso, es bien sabroso– me contó entre risas.

El coronavirus viene de la sangre; no por el murciélago- inició nuevamente sujetando su bastón de apoyo contra el piso de arena arcillosa– el coronavirus nace por la contaminación de sangre en la tierra y en las fuentes de agua. La guerra, los muertos por violencia mancharon de sangre la tierra, el odio de la violencia afectó el territorio.  Las mujeres van a los ríos con la menstruación, van al mar y se bañan sin problema-continuó su relato mientras subía el volumen de la voz en tono de andanada.

Pudo nacer en China o aquí, porque es la sangre de la tierra la que está enferma-continuó– la gente va a tener relaciones sexuales en lagunas, ríos, madreviejas, y el mar; allí queda sangre de menstruación, sangre de mujer. Eso no va ahí. La mujer cuando tiene menstruación, no puede bañarse en fuentes de agua. La sangre de menstruación alimenta la tierra, para los cultivos, ciclos de lluvia. No puede estar en agua. La enfermedad primero fue espíritu, hace parte de la vida, de la naturaleza.  A la enfermedad hay que pagarle. Tomamos agua sin pagar, comemos yuca, plátano, malanga, sin pagar, pagar en espiritual, cancelar la deuda con la naturaleza” -comentaba sin parar. Cogemos todo de la naturaleza sin consultar con el dueño, con serankwa, hay que pagar a serankwa, quien dejó el legado a los 4 pueblos de la sierra, Wiwa, Kogi, Arhuaco y Kankuamo para que cuidáramos y mantuviéramos el equilibrio. Se paga con tributo, se entrega alimento a la naturaleza, en cuerpo y espíritu. Siempre hay que preservar el espíritu. Si no hay conexión entre espíritu y naturaleza se acaba todo. A través de enfermedad, desastre natural, o simplemente oscurece y no sale más nunca el sol”.

Por primera vez se levantó del chinchorro, dejó a un costado el vaso de café ya vacío, y sujetando su bastón se agarró del canto de la cabuya. Casi no veo, pero me ubico bien-Suspiró profundo; como avecinando un mal presagio.  Luego continuó:

¡El fin del mundo se acerca!  a través de lluvia, enfermedades. La deuda es grande. Hay que pagar, seguir pagando.  Se paga con cuarzos, oro, piedras, tumas. Pero todos esos materiales los han saqueado, los guaqueros sacaron todo. Hay que pagarle la deuda a Mulbatézhumun, madre de la enfermedad. Hay que darle alimento. Cuando no se le da alimento ella viene a cobrar. Hay desequilibrio. Vienen a exigir pago, y no nos dice de donde viene la enfermedad. Por eso hay que pagarle para que nos diga remedio, para que nos vaya diciendo cuál es la cura para las enfermedades. En la misma naturaleza se encuentra el tratamiento, primero está en pensamiento y luego pasa a ser medicina definitiva. Si no lo hacemos así, damos remedio y no sirve, porque no es ese el pago que necesita.

Todos los materiales los desenterraron los guaqueros, sacaron hasta los huesos de nuestros antepasados y los dejaron regados. Vendieron todos esos materiales. La guaquería es como sacarle los órganos a un cuerpo vivo, te sacan todas las tripas y  las riegan por el suelo, todo se infecta.  Nosotros los indígenas hemos venido recuperando esos materiales. Nos toca comprar lo que es nuestro. Comprarlos para volverlos a llevar a los sitios donde les corresponde. Nos toca siempre hacer Isakeshi, un pagamento de purificación, buscando que el territorio se cure, se llene de oxígeno. Hay sitios donde no se puede pensar mal. Si se piensa mal, enferma la tierra, si tienes rabia se enfurece la madre y el padre. Por eso es importante pensar. El pensamiento es equilibrio con la naturaleza y sus mandatos. Todo nuestro mandato está en Duashagaka, hermanito menor dice sitio sagrado. Nosotros decimos Duashagaka que es todo el territorio.

Las sagas (mujeres mayores que ejercen autoridad espiritual) son como la luna, ellas también hacen su pagamento, cantan a Siziwa, madre del agua, danzan a la naturaleza, a las montañas, son escuchadas por todos los animales. Asi como cantan los insectos, las ranas, también cantan las mujeres. Van al mar, cuando las dejan pasar, porque ahora hay que pedir permiso a los dueños de fincas.

Preocupado con el escenario tan complejo producto de las profundas afectaciones en el territorio y sus graves repercusiones, le indago, acudiendo a su estilo directo en las preguntas: ¿Ramón, habrá cura entonces para el Coronavirus? sonríe levemente y vuelve a sentarse en el chinchorro extendiendo un poco sus rodillas, y responde con voz más pausada: La cura la van a sacar los científicos. Eso va a venir hasta acá, como una inyección. Pero después vendrá otra enfermedad peor. Una más fuerte. Porque seguimos sin pagar adecuadamente, seguimos dañando y sacando los elementos de la naturaleza sin permiso. No hemos entendido el valor de cada cosa. De los alimentos, del agua. Hablando estas noches en el zhatukwa la consulta nos dice que esa enfermedad es muy fuerte. Pero que van a sacar cura. Nosotros debemos ir a un sitio en mamanua con un aprendiz de mamo. Ya lo comenzamos a buscar. En este momento no lo tenemos. Debe ser un niño de 6 ó 7 años… La preparación como mamos inicia desde la infancia… los niños aprendices de mamos, son kwiwis. Dijo la consulta que también debe haber una niña. La deben preparar las sagas, ellos son los que oirán espiritualmente a la menstruación, solo ellos la pueden oir, porque no tienen envidia, no tienen celo, no conocen maldad. Ellos oirán al espermatozoide también.

Continuó diciendo: Se necesita oro para devolverlo a la tierra, en Damana llamamos yui, en la tierra se produce el espermatozoide, es el que preña a la madre. Hay millones de personas que están en espermatozoide, animales, árboles. Por eso los mamos antiguos, enseñaban el valor de la espuma, la guardaban y con eso se alimentaban los árboles, se le pagaba a Kalashé, padre de los árboles. Con el pensamiento, sin contaminarse. Ese niño hay que presentarlo en ese sitio, y hacer pagamento con él y las autoridades de los pueblos de la Sierra. Ya los mamos viejos no pueden con las enfermedades que van a venir, porque nos ha tocado muy duro con todo el daño que se ha hecho a la madre. Por eso toca preparar a nuevos mamos de cada pueblo, para que desde niños comiencen a conocer esas enfermedades y encontrar su cura. Eso es lo que dice nuestra ley de origen, eso es lo que dice Shembuta.

Romualdo, un joven Mamo se acerca y le dice en damana que el almuerzo ya está listo. Es hora de comer-me dice Ramón– más tarde seguimos hablando en Matuna – culmina- mientras extiende su brazo para levantarse de su chinchorro.

Desde aquella ocasión no nos vemos. La semana siguiente Ramón viajó a Bogotá junto a su última esposa y su hija, a fin de realizarse la operación que le retorne la vista. Las autoridades indígenas de la Sierra han ordenado el cierre de las vías hacia su territorio, permitiendo únicamente el arribo de personas de la comunidad. Hasta la fecha no se han presentado casos de coronavirus en miembros de los pueblos wiwa, kogi, arhuaco y kankuamos. Cada noche, las autoridades se reúnen para consultar en zhatukwa las acciones que permitan remediar el impacto de la enfermedad y cancelar la vieja deuda con los padres espirituales de la naturaleza. Ramón participa espiritualmente desde Bogotá.

 

*Cronista invitado – Antropólogo

 

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A proposito de la importancia de la tierra para los pueblos indigenas  en Colombia. Parte I

A proposito de la importancia de la tierra para los pueblos indigenas en Colombia. Parte I

Por: Luz Mery Panche – Directora de Asuntos Indígenas

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¿Cómo prevenir la escala de violencia en los territorios rurales?

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WEBINAR: ¿Cómo prevenir la escala de violencia en los territorios rurales? Junto a Sofia Salas, Gabriel Cifuentes, Luz Mery Panche y Diego Chavez. Moderado por David Luna.

 

“El coronavirus viene de la sangre; no del murciélago”

Una nueva visión para la transformación digital.

Por: Juan José Ramírez

En Colombia hemos abordado durante los últimos años varias políticas estatales de transformación digital, entre las cuales, se destacan el Plan vive digital del 2010-2014, Plan Vive Digital para la gente del 2014-2018, y el paso de la Ley 1341 de 2009, al regulador convergente de la Ley 1978 de 2019, sin embargo estas políticas y propuestas regulatorias nos han enseñado que debemos abordar la transformación digital bajo una nueva visión integral por factores donde se incluyan a todos los individuos, a todos los sistema legales-económicos y a todos los sectores, sin distinción alguna. 

Ahora el Plan Nacional de Desarrollo-Ley 1955 de 2019, en conjunto con el Conpes de Transformación Digital, el de Comercio electrónico y el de seguridad digital permitirán a todas las entidades solicitar recursos y planificar la transformación digital para convertirse en un estado digital confiable, seguro y ágil, en conjunto con la política TIC 2019-2022 “El futuro digital es de todos”, lo que lo constituye como un factor esencial, pero no el único, ni suficiente. 

De las políticas y estrategias digitales aplicadas destaco que se han desarrollado temas comunes como el aumento de la cobertura y del acceso universal, aspectos de innovación en desarrollo de profesionales, desarrollo de proyectos dirigidos a diferentes comunidades y además se han centrado en digitalizar los tramites del estado facilitando la vida de los individuos, sin embargo los retos aún son inmensos no solo en cobertura sino en la misma digitalización de los tramites, siempre estando presente, el reto de apropiar las tecnologías a todos los ciudadanos y diversos sectores productivos con el fin de generar la confianza suficiente para que la mayoría desarrollemos actividades en la economía digital.

En consecuencia, la transformación digital no solo se debe enfocar en los aspectos señalados por las políticas y estrategias precitadas aclarando que son aspectos acertados y necesarios para aplicar, sino faltaría un elemento por involucrar que es aplicar un manejo e influencia en niveles bajo una nueva visión de un modelo unificador tanto del sector público, sector privado y todos los individuos que debe comprender por lo menos 5 factores: 

Estos factores son necesarios de manejar e influenciar para aplicar una real y productiva transformación digital, de manera unificada ya que “Todos somos seres Humanos y ahora tenemos derechos humanos digitales” lo que hace imperativo describir estos niveles a manera de comprensión y el impacto que tienen en las transformaciones humanas.

Por ejemplo, la transformación digital en el individuo que observamos debido a que la tecnología interviene en nuestros hogares, educación, trabajos, preferencias comerciales, decisiones personales e incluso en los vínculos sociales, y surge la necesidad de preguntarnos: ¿Si los derechos ya reconocidos a los humanos en todas las eras históricas son suficientes para el futuro de la protección de los individuos en la cuarta revolución industrial? 

Gran dilema verdad, al plantearnos la discusión de si los derechos humanos digitales deben ser estáticos-regulados o dinámicos-sin regular, para lo cual la cuarta revolución industrial, acorde a sus principios nos da la opción de proponer una dinámica de no regulación acorde a los nuevos hechos y tecnologías que se presentan, al ser siempre más rápidos que la regulación,  pero si dejando presente que deben existir principios generales de protección como los derechos digitales de todos con nuestros datos, el cual adopta un mayor realce por el crecimiento de dispositivos y ahora de aumento en la velocidad, a través de las redes de 5G o el de desconexión digital de nuestros trabajos y redes sociales.

Respecto al nivel de las industrias y sistema laboral, es imperioso no solo la preparación de todos frente a los retos de la transformación digital,  sino el incentivo a aspectos de transformación digital como la programación y el uso efectivo de la innovación en todas nuestras tareas; no es suficiente prepararnos para utilizar Excel o reuniones virtuales, o pensar en negocios netamente tradicionales, sino se desarrolle un programa sistemático de los aspectos de la programación, innovación real e impulso a la creación de contenidos digitales, incluyendo negocios realmente disruptivos y diferenciadores a los mercados que conozcamos como productivos en la actualidad.

En el nivel educativo y en el nivel de política pública, es primordial que se consagre como derecho esencial que se promulguen políticas y medidas que eliminen barreras en la adopción de tecnologías, logrando impulsar la digitalización de los sectores productivos en beneficio de los usuarios e incentivando la obligatoriedad de implementar la programación en todos los niveles educativos y carreras técnicas y profesionales. 

Paralelamente en el nivel de la sociedad es fundamental crear métodos e inversiones significativas que incentiven el desarrollo, promoción y uso de tecnologías como las redes 5G, big data, blockchain, Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas entre muchas otras generando la necesidad de formarnos para conocer el entorno digital, pues de lo contrario no aprovecharíamos los servicios, ni las ventajas de estas tecnologías en sectores tan esenciales de nuestras vidas; conocer y aplicar estas tecnologías seria validar la protección efectiva de los derechos digitales.

Los niveles antes citados y su impulso en la nueva visión de transformación digital es primordial para la protección de los individuos digitales en un futuro y sus derechos, pero recalco como esencial es que la nueva visión de la transformación digital se trace siempre por niveles y que comprendan como mínimo los aquí señalados al ser los ejes de nuestros cambios históricos significativos.

*Director Tecnologías de la Información

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