


Marca personal
Por: Juan Falkonerth
En un mundo cada vez más competitivo, exigente y globalizado, se hace necesario que cada persona trabaje y explote en debida forma sus habilidades, no solo con la finalidad de adaptarse a los cambios que trae consigo la vida, sino para lograr conquistar ese mercado de su interés, consolidarse y destacarse en ese ámbito y que mejor momento que este, en el cual, varias personas están pensando en conocerse a sí mismas, adaptarse y/o reinventarse para hacer frente a la coyuntura.
Todos son en sí una marca personal y partiendo de esta premisa, se requiere que las personas sean conscientes de esta realidad, la exploren en su interior, la trabajen y por supuesto, que la exterioricen de forma exitosa, esto implica un largo proceso, pero para recorrer un largo camino siempre es menester dar el primer paso.
Para empezar, se debe tener claro qué es la marca personal, pues bien, este concepto que tiene múltiples definiciones puede entenderse principalmente como la gestión que se hace de un perfil profesional asemejándolo a una marca comercial, así lo define Vilma Núñez, experta en la materia. La gran finalidad es crear una identidad propia y destacar los principales atributos de la persona en sus áreas de experticia.
Puede resultar complejo el término, pero al final del ejercicio lo que se persigue es que cada persona deje una huella y sea recordada por algo específico, logrando sacar ventaja y monetizar la iniciativa. Piénsese, por ejemplo, en una marca comercial reconocida como Coca Cola, la cual todos conocen muy bien, producto del amplio marketing que se le hace a diario, esta no solo es referenciada como una bebida gaseosa o un refresco, sino que trae implícita una cadena de valor asociada a la felicidad; pues bien, este mismo ejercicio se plantea en la construcción de marca personal, ¡que lo conozcan y lo identifiquen por algo!
Existen grandes referentes de marca personal como lo son Oprah Winfrey, quien ha dedicado su vida a los medios de comunicación y es reconocida como una gran presentadora; Steve Jobs, a quien el mundo recuerda como un gran emprendedor y por aportar a la creación de dispositivos electrónicos; Jürgen Klaric, docente investigador experto en neuromarketing y neuro-innovación y; Yesenia Valencia, actriz y empresaria colombiana dedicada a la industria del cine hecho con celulares; todos ellos con ciertos rasgos característicos, tienen claro su enfoque y son fácilmente identificables.
La marca personal es importante porque permite a las personas sacar provecho de sus fortalezas y contrarrestar sus debilidades, estas pueden materializarse en los procesos de reclutamiento laboral y de emprendimiento, en las cuales, lo importante es desmarcarse de la competencia y lograr ser elegido ya sea por el jefe de talento humano, los directivos de la organización o por los clientes de un emprendimiento o de alguna unidad productiva.
Karem Suárez, YouTuber de finanzas personales, señala cinco elementos claves en la construcción de marca personal, a los cuales ella denomina los cinco básicos y que se comparten a continuación: i) realizar una lista de habilidades y fortalezas; ii) especializarse en una sola cosa; iii) buen manejo de redes sociales; iv) cuidar a diario la marca personal y; v) definir objetivos y ponerlos en marcha; herramientas que sin duda alguna, ayudan en el proceso de reconocimiento y de construcción de marca personal.
Por su parte, Joanna Prieto, consultora y coach de marca personal con propósito, indica que en esta construcción es necesario trazar un plan de trabajo, generar contenidos de calidad con cierta regularidad y siempre ser empático con la comunidad que se ha creado; así mismo, indica que no se debe incurrir en malas prácticas tales como el uso inapropiado del lenguaje, ser descortés o no atender los llamados de la comunidad que ahora le sigue y lo más importante, no convertirse en un spam por compartir contenidos que carezcan de fuentes confiables y que no puedan ser verificados.
Todo esto, trae como propósito 3 finalidades claves las cuales son referidas por Sylvia Ramírez, coach de felicidad y marca personal, la primera lograr que lo noten, la segunda que lo recuerden y la tercera, pero no menos importante, que lo prefieran; obteniendo esto se puede llegar a la conclusión de que se ha hecho un trabajo exitoso en la construcción de marca personal.
A manera de conclusión, la marca personal es uno de los activos más importantes que se tienen en la actualidad y que se debe trabajar en debida forma, esto con el propósito de que la imagen que se quiere proyectar sea la que efectivamente vean las demás personas. Ojalá en estos periodos de introspección se comprometan firmemente con esta causa que tiene como único destinatario a todos y cada uno de ustedes y que puede hacer la diferencia entre un “tal vez te recuerdo” a un “por supuesto que sé quien eres”.
*Director de Emprendimiento

El turismo y su aporte para el fortalecimiento de la economía del país
Por: Tatiana Ríos Matta
Si hablamos del turismo, podríamos decir que desde sus inicios ha tenido una evolución constante en el tiempo y que esto se debe a diversos factores. Primero un cambio en la visión social y en sí, un cambio en el comportamiento del ser humano con su entorno, segundo la evolución constante de las comunicaciones y tercero pero no menos importante, el crecimiento exponencial de la tecnología.
El turismo apalanca el desarrollo económico de los países, quienes conscientes de esta situación concentran sus politicas públicas a favor de su crecimiento y para obtener grandes dividendos, como ocurre en Italia y España. Las personas disfrutan mucho viajar y conocer nuevas culturas, atractivos que pueden ser monetizados si se hace una apuesta en el sector.
En el caso de Colombia, el comportamiento del turismo ha sido muy complejo, debido al lastre de la violencia que por décadas lo había afectado, junto con problemas económicos y ambientales que no le permitieron al sector turístico crecer.
Sin embargo, el desarrollo que ha tenido el turismo a nivel mundial, ha generado un cambio positivo, que ha estimulado su crecimiento dentro del territorio colombiano, permitiendo que en los últimos años se generen altos ingresos, empleo y se contribuya al desarrollo.
La economía colombiana no percibía ingresos significativos del turismo debido a los problemas de violencia que vivía desde los años sesenta. Pero en la última década el país ha tenido un desarrollo económico y cultural exponencial, y sin duda, el sector del turismo ha llegado a ocupar uno de los renglones fundamentales.
Las políticas de fácil ingreso para el público extranjero y los sitios turísticos que abarcan historia, naturaleza y belleza tropical, han sido los grandes atractivos para que Colombia se fortalezca en este campo.
El DANE, para el 2019, reportó que el sector turismo había aportado a la Nación cerca de US$ 11.159 millones por concepto de inversión extranjera, esto demuestra que estas inversiones en sí, son elementos claves que posicionan a Colombia como un destino rentable y seguro para hacer negocios prósperos y perdurables en el tiempo.
Y es que para ese mismo año, Colombia recibió US2.129 millones en inversiones extranjera directa en comercio, hoteles y restaurantes, en particular, en la hotelería ascendió a unos US 243 millones con 21 proyectos.
Por esto, pese a la pandemia, Colombia sigue siendo muy atractiva para invertir, pues ha puesto a favor de las empresas una serie de múltiples beneficios tributarios que abarcan desde la reducción de impuesto de renta hasta diversas exenciones.
Por ejemplo, están los incentivos de renta diferencial para nuevos proyectos hoteleros que se construyan, remodelen o amplíen en municipios de hasta 200.000 habitantes dentro de 10 años, esto significaría un crecimiento en aquellas ciudades emergentes o municipios que tienen potencial de crecer en este sector y que pueden ofrecer experiencias diferentes a las de otras ciudades principales.
Desde PROCOLOMBIA, entidad encargada de promover el turismo, se han venido dando avances significativos en materia de inversión extranjera y en la imagen del país, que nos ponen como uno de los principales destinos turísticos vacacionales y de negocios para viajeros internacionales, imponiéndonos como uno de los países más atractivos para visitar e Invertir en LATAM.
Colombia como “Marca País”, es uno de los pilares más importantes que tiene PROCOLOMBIA; así mismo, campañas como “Colombia Es Pasión”, “La Respuesta es Colombia”, “Colombia Realismo Mágico” y “Colombia, el riesgo es que te quieras que dar”, han hecho que a nivel mundial la expectativa de conocer el país, disfrutar de su cultura, su gastronomía, sus riquezas naturales e invertir en su economía crezcan a pasos agigantados.
Por esta razón, en tiempos de la Covid 19, pese a los duros golpes que ha recibido el sector y los subsectores, no se debe desfallecer, ya que Colombia es un país que tiene mucho potencial y no se pueden dejar de lado los avances que se han obtenido y que la tienen como un referente internacional.
Para mitigar parte de los efectos negativos de la pandemia se recomienda a las empresas turisticas aplicar a las ayudas que ofrece el gobierno y que pueden minimizar el desastre. Debemos estar preparados para la reactivación del sector y para aportar en la recuperación del país como se ha hecho en los últimos años de forma exitosa.
Por esta razón, hemos querido proponer las siguientes alternativas de reactivación del sector turismo:
- Incentivar el turismo nacional y regional. Según datos del Ministerio de Comercio Industria y Turismo, dependiendo de cuando se levanten las restricciones de viaje, la llegada de turistas Internacionales podría reducirse entre un 60% y 80% por lo que se debe fortalecer el turismo interno, redescubrirse con la naturaleza y realizar viajes cortos.
Por lo que las regiones deberán incentivar y sacar programas donde los visitantes puedan conocer sitios que tal vez antas eran poco explorados y que generen ingresos que ayuden a los comerciantes locales.
- La Digitalización de recursos turísticos también va jugar un papel importante, al empezar a realizar una verdadera transformación digital de los destinos, de las empresas y de sus empleados con iniciativas como formación gratuita en línea, implementar eventos virtuales para exhibir recursos culturales creando experiencias turísticas electrónicas rápidas y fluidas, creación de Apps para mejorar la operación de aeropuertos, hoteles y agencias de viajes a nivel internacional siempre creando una conciencia del distanciamiento social en los mismos.
- La Cooperación entre toda la cadena de valor turística, permitirá que en este tiempo puedan establecer estrategias de colaboración mutua para que la Industria salga adelante unida.
- La Sociedad y el medio ambiente son fundamentales, se debe repensar en un verdadero turismo sostenible y con trabajo integral que permita relaciones armónicas con los ciudadanos y el medio ambiente.
- Estrategias de marketing para atraer a los turistas no solo basadas en precios. Aquí es muy importante crear confianza y seguridad, por lo que todos en la cadena de valor deberán implementar los protocolos de bioseguridad que proponen los gobiernos, y así crear nuevas posibilidades de mercadear experiencias turísticas donde se pueda informar y transmitir todo lo que se está haciendo para que puedan viajar tranquilos y
Así que pese a la situación que se está viviendo y que ha afectado a toda la industria turística de una manera incontrolable no podemos ni debemos desfallecer, “ser proactivos” es la clave para que cuando regresemos seamos más fuertes y contribuyamos positivamente a la reactivación económica de nuestro país.
*Columnista invitada de la Dirección de Emprendimiento

¿Es el momento de los jóvenes?
Corría la primera semana de diciembre de 2010, era el segundo viaje que hacía en el año – no era como hoy que los aviones se volvieron mi constante -, estábamos en Bogotá y digo estábamos porque éramos un grupo significativo de jóvenes de diferentes regiones de Colombia que queríamos cambiar el país.
Se cerraba un año de trabajo construyendo el estatuto de ciudadanía juvenil, o por lo menos el proyecto que queríamos presentar para darle mayor participación a los jóvenes en instancias de poder y en procesos de incidencia pública.
Al llegar a Cundinamarca la discusión y participación de diferentes organizaciones juveniles, líderes estudiantiles, ONG ́s y universidades ya había pasado por Cauca, Santander, Antioquia, entre otras regiones, todo en pro de construir algo que integrara los sentires y necesidades de los jóvenes colombianos.
Antes de nosotros muchos otros nombres ya habían recorrido el camino, nuestro trabajo no era nuevo, era de continuidad. Aún lo sigue siendo.
Y cuando me refiero a “continuidad” no lo asocio con el continuismo tan común en el ejercicio electoral o político, hablo de la gran responsabilidad que adquirimos – a partir de experiencias previas – quienes hemos adelantado algún proceso para fortalecer, empoderar, o apoyar a los jóvenes que han buscado hacer parte de las diferentes instancias del poder o han querido tener alguna incidencia en el sector público. Esto es un ejercicio de no acabar. Siempre habrá que trabajar por la juventud.
Quise iniciar el texto con una reflexión medio anecdótica porque desde que tengo uso de razón se ha vuelto reiterativo escuchar la frase “Es el momento de los jóvenes”, en mi caso se volvió mantra en 2010, pero hoy, diez años después aún sigue siendo vigente, tal vez no literal, pero el mensaje es el mismo.
Para dar un ejemplo reciente, el nuevo presidente de República Dominicana, Luis Abinader en el día internacional de la juventud le envió un mensaje a través de Twitter a los jóvenes de su país “Ustedes representan el principal motor de desarrollo y la innovación del país” y como él existen cientos de momentos donde la invitación a participar y buscar el cambio se hace visible.
Hoy, después de haber caminado por varias instancias políticas y procesos juveniles y sin el interés de retirarme aún de estos espacios, me han quedado múltiples aprendizajes y quisiera compartir cinco de ellos:
- No hay un “momento de los jóvenes”, si quieren alzar la voz y hacerse sentir siempre será el momento.
- El cambio no es responsabilidad exclusiva de otros, cada uno de nosotros, independiente de la edad, debemos poner de nuestra parte.
- Ser joven y hacer política no es un proceso fácil, es cierto, pero tampoco imposible. Lo primero es tomar la decisión, seguido por delimitar el camino y finalmente trabajar incansablemente para llegar a la meta.
- La política no es solo un ejercicio electoral, hay diferentes procesos de incidencia pública en la que los jóvenes pueden tener cabida, hay que analizarlos, entenderlos y mirar las diferentes formas en que se puede aportar.
- El uso de canales digitales y el entender cómo se utilizan correctamente nos ha abierto las puertas para hacernos sentir, aprovechemos este tipo de espacios, no para polemizar, sino para debatir, argumentar y por supuesto aportar, esto sí que le hace falta al país, especialmente en el universo digital.
En conclusión, ¿Es el momento de los jóvenes? Sí, siempre lo ha sido. Tenemos que creernos el cuento y trabajar por ello. En Colombia hay más de seis millones de jóvenes, es decir que alrededor del 12% de la población total está entre los 14 y 28 años, edades interesantes y suficientes para participar en instancias que van desde los Consejos Municipales de Juventud, pasando por ejercer el derecho al voto, siguiendo por ser elegidos para cargos nacionales y territoriales de elección popular y finalizando en hacer parte de gabinetes, o equipos de trabajo de instancias gubernamentales. Son múltiples las opciones.
Como dirían en una caricatura que veía en mi infancia, ¿Qué vamos a hacer esta noche? Tratar de conquistar el mundo. Ahí está el reto, pero también la invitación.
*Columnista invitado de la Dirección de Juventudes

Acoso callejero y espacio público
En una de las pocas ocasiones que he salido a la calle durante la cuarentena, un hombre se me acercó y me dijo unas palabras sobre mi aspecto físico que él consideró apropiadas y que yo percibí como abusivas e impertinentes, además de incómodas. Su mirada intrusa sobre mi cuerpo me asustó. Generalmente sigo sin decir nada, pero en esta ocasión reaccioné y le dije: ¿puede dejar de hacer eso? El hombre hizo cara de intimidación cuando vio que alguien del lugar a donde se dirigía podría percatarse de lo que había hecho. Pocas veces le respondemos a un agresor en la calle, pensé.
En el mundo, entre el 80% y el 100% de las mujeres han sido acosadas alguna vez en la calle. Al igual que el resto de las colombianas, desde muy joven he padecido y normalizado el acoso callejero en sus múltiples manifestaciones. Aunque ese lenguaje verbal y no verbal violento ejercido contra las mujeres puede parecer una banalidad o un capricho, tiene consecuencias negativas en nuestras vidas, por ejemplo, evitar estar en espacios públicos o sentir altos niveles de miedo en lugares como restaurantes, transporte público, parqueaderos, calles o parques. Como sociedad, tenemos la obligación de revisarlo y transformarlo.
El acoso callejero es una forma de violencia contra las mujeres, que hace parte de un continuum cuya manifestación más extrema es el feminicidio. Que el acoso esté normalizado no significa que no sea violencia. Si no lo nombramos como lo que es, no podremos cambiarlo. El informe “(In)seguras en las ciudades” de la organización Plan Internacional reveló que el acoso sexual es el principal riesgo de seguridad que enfrentan las niñas y las jóvenes en el mundo.
En Colombia, la violencia contra las mujeres está concebida por la Ley 1257 de 2008, como “cualquier acción u omisión, que le cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer, así́ como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se presente en el ámbito público o en el privado.” El acoso callejero restringe el derecho de las mujeres a vivir libres y seguras y es una forma de violencia de género.
Esta violencia es la manifestación pública de muchas otras violencias ejercidas en ámbitos de la vida más privados; y es también un síntoma de que algo no está bien en nuestra sociedad.
Si los hombres en Colombia maltratan a las mujeres en las calles de todo el país, ¿qué garantías de seguridad tendremos en el ámbito privado?
Cuando un hombre en la calle utiliza sus palabras, sus movimientos corporales o su fuerza para relacionarse de manera violenta con las mujeres, está ejerciendo una amenaza de escalada de violencia y está coaccionando a la mujer a abandonar ese espacio, lo que termina en una cadena sin fin de privación arbitraria de la libertad de las mujeres. Esto impacta sustancialmente nuestra movilidad y, en general, el ejercicio de nuestro derecho al espacio público. Las mujeres sabemos que el riesgo de salir a la calle solas es muy alto, nos cohibimos de estar a ciertas horas en el ámbito público y escogemos la forma en que nos vemos tratando de minimizar con esas medidas la violencia sexual en la calle. Ser mujer es, muchas veces, tener miedo de salir a la calle. Las únicas razones: ser mujeres y estar en un espacio público. No existe ninguna justificación para este tipo de violencia.
Estas acciones y comportamientos nos afectan moral y psicológicamente y, en algunos casos, física, sexual y hasta económicamente si esto, por ejemplo, implica restricciones para la movilidad que afecte el ámbito laboral. Sin desconocer que la inseguridad nos afecta a todos, los hombres no padecen esta violencia particular y no se percatan de este tipo de situaciones para tomar ciertas decisiones en su vida cotidiana, lo que de entrada genera condiciones de desigualdad en libertades y derechos.
Una recomendación para los hombres: si creen que el acoso callejero es un chiste o algo sin importancia, pregúntenle a mujeres cercanas a ustedes cómo se sienten cuando salen, qué significa un piropo en la calle, cómo se sienten después de una situación de acoso en un espacio público y cómo han repercutido esos hechos en sus decisiones. Encontrarán varias respuestas de quienes a ustedes jamás se les ocurriría decirle o hacerle lo que tal vez le han dicho a una desconocida en las calles de Colombia, o lo que tal vez han dejado pasar como un chiste.
Para generar un cambio que redunde en beneficio de los derechos y libertades de las mujeres debemos todas y todos rechazar el acoso callejero, hacer cada vez más consientes a las mujeres de la importancia de reaccionar con firmeza frente a estos hechos inaceptables. Los hombres además deben trabajar para transformar su masculinidad y relacionarse de forma más saludable con el mundo y en general con mayor respeto por las mujeres y por ellos mismos. Alrededor del mundo hay varias iniciativas como Men Can Stop Rape, the Coaching Boys into Men program y Man Up Campaign. Finalmente, las ciudades deben ser diseñadas con una perspectiva de género, de tal forma que las mujeres podamos gozar de nuestros derechos y ejercer nuestras responsabilidades de forma segura, libre, tranquila y en igualdad de condiciones.
*Miembro Dirección de Género y Equidad