Colombia en medio del Paro Nacional clama por la Paz.

Colombia en medio del Paro Nacional clama por la Paz.

Por: Carlos Orlas, Juanita Peñuela, Carlos Suárez, Mabel Carmona, Daniel Albarracín,Julián Castro, Deyder Henríquez, Susana Cifuentes, y Jorge Andrés Forero González.

“Amamos hondamente a esta patria nuestra y no queremos que nuestra nave victoriosa navegue sobre ríos de sangre. Señor Presidente: No os reclamamos tesis económicas o políticas. Apenas os pedimos que nuestra patria no siga por caminos que nos avergüenzan ante propios y extraños. ¡Os pedimos tesis de piedad y de civilización! Señor Presidente: Os pedimos cosa sencilla para la cual están de más los discursos. Os pedimos que cese la persecución de las autoridades y así os lo pide esta inmensa muchedumbre. Pedimos pequeña cosa y gran cosa: que las luchas políticas se desarrollen por cauces de constitucionalidad” Jorge Eliecer Gaitán, Oración por la Paz, 1948.

En Colombia la promesa de una sociedad en paz ha marcado varias generaciones. El Paro Nacional iniciado el 28 de abril de 2021, que es la continuación del 21N de 2019 y del Paro Agrario de 2013, donde una sociedad colombiana cansada de la narrativa y prácticas de la guerra ha salido a exigir más y mejores derechos, debe celebrarse como una victoria del movimiento social en todas sus expresiones. El Paro Nacional en ciudades y municipios de todo el territorio da cuenta no solo de un acumulado de descontento, sino también de la voluntad social para construir una sociedad en paz y con justicia social. El ímpetu está dado por la juventud que encarna una contracultura política y que salió a las calles decididamente desde la firma del Acuerdo de Paz.

Rechazamos las directrices de la Administración Duque para el tratamiento de la protesta social en marco del Paro Nacional, que en su gran mayoría han sido pacíficas y respetando las instituciones y a quienes no participan. Reconocemos que es común en una democracia manifestar el descontento ante iniciativas legislativas que no promueven la equidad y el desarrollo para las mayorías, como la reforma tributaria, la reforma a la salud y el incumplimiento del Acuerdo de Paz de la Habana.
Se requieren soluciones inmediatas a la difícil situación que vive el país, lo cual no se puede postergar hasta las próximas elecciones legislativas y presidenciales.Es entendible las dificultades que vive el país por la pandemia del coronavirus, pero ello no puede ser excusa para evitar el diálogo social y la negociación con la diversidad de actores que se han movilizado estas semanas.

Por las anteriores razones proponemos:
1. Para que cese la violencia de Estado y para que el presidente Duque, pidiendo perdón y reconociendo su responsabilidad como jefe de Estado y comandante de la Fuerza Pública lidere procesos concretos para avanzar en la reconciliación en Colombia. Estos hechos pasan por dejar los orgullos a un lado y escuchar al pueblo colombiano y su anhelo de paz, justicia social y ambiental.

2. La administración Duque debe ordenar detener la actuación del ejército y policía con el fin de garantizar una protesta social, pacífica, y el derecho de reunión y asociación de los manifestantes; protegida constitucional y jurisprudencialmente.

3. Los diálogos deben ser amplios, por eso alentamos a que la administración Duque corrija su política derivada de las aproximaciones que está haciendo con diferentes sectores de la sociedad hoy movilizada. El diálogo debe ser directo y con el pueblo en las calles atendiendo importantes manifestaciones de descontento como las de Cali, Medellín y Bogotá, las ciudades más grandes de la nación, así como en las ciudades intermedias, pueblos y veredas del país. Las garantías de desmilitarización son fundamentales para avanzar en este aspecto.

4. Se deben esclarecer los hechos de violencia en que haya estado implicada la Fuerza Pública, incluyendo violencia sexual y física, en especial los homicidios que según las cifras de ONGs de importante y reconocida trayectoria en el país, oscila entre 40 y 60 casos. Los casos de vandalismo deben ser investigados individualmente y evitar estigmatizar a la movilización social, como proceso amplio y heterogéneo.

5. Invitamos a seguir en continuo monitoreo y verificación a los graves casos de derechos humanos al Sistema de Naciones Unidas en Colombia, la Unión Europea, el Departamento de Estaso de los Estados Unidos y organizaciones de Derechos Humanos del mundo a seguir su trabajo de denuncia pública ante los graves hechos de violación de los derechos humanos en Colombia.

6. En los límites establecidos en nuestra democracia, si el gobierno Duque y el Comité del Paro no puede lograr un acuerdo de parte y parte, instamos a que en marco de este gran diálogo nacional, encontremos salidas a esta grave crisis institucional y de la democracia en Colombia; con el involucramiento de otros sectores con agendas concretas.

7. Reiteramos a enfocar el debate sobre las causas de la movilización, y evitar acuñar responsabilidades que no tienen que ver con la movilización, como la pérdida del grado de inversión por parte de una calificadoras internacionales.

8. Finalmente felicitaciones a la generación de paz y jóvenes que desde el arte, la cultura y la protesta pacífica han inspirado al pueblo colombiano a fortalecer nuestro sistema político y garantizar un futuro de dignidad para todas y todos los colombianos. Este tipo de actos son muestra de una madurez política.

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Colombia en medio del Paro Nacional clama por la Paz.

Reparar las víctimas, un clamor nacional

Por: Deyder Henriquez 

Colombia ha sufrido uno de los conflictos armados más viejos de Latinoamérica y el mundo, que ha significado la aterradora cifra de 9 millones de víctimas de una guerra interna que aún sigue generando daños y afectaciones.

Las víctimas han resistido ante la ausencia del Estado, las amenazas y actos violentos de todo tipo de grupos armados por el control geopolítico del territorio. La resiliencia se ha convertido en el mejor aliado de las comunidades y familias que han vivido hechos victimizantes. Es importante destacar y reconocer el aporte que han hecho las víctimas al tener la voluntad de transformar el dolor en capacidad para perdonar a sus victimarios y así  avanzar en la construcción de paz. Es por ello, que el Estado tiene la responsabilidad inaplazable de proveer todas las condiciones para que las víctimas accedan de manera integral a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. 

El 20 de agosto de 2020 la comisión de seguimiento y monitoreo a la Ley 1448, publicó su último informe donde advierte sobre algunos incumplimientos a la ley de víctimas y al acuerdo de paz. Menciona esta comisión que “el esfuerzo fiscal del gobierno nacional es insuficiente para atender el universo de víctimas”, y afirma que se necesitarían 357,4 billones de pesos para dar cumplimiento al conjunto de medidas establecidas en esta normativa. 

En la actualidad, solo han sido indemnizadas 1 millón de víctimas de 9 millones de personas incluidas en el RUV. Además, denuncia la comisión de seguimiento que al ritmo que van las indemnizaciones se van a requerir de 50 años para reparar a todas las víctimas. En materia de reparación colectiva, existen 755 Sujetos de Reparación Colectiva, de los cuales solo 156 tienen Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC) aprobados y solo el 2% ha culminado su implementación. Por otro lado, hay demoras en la restitución de tierras, solo 400.000 hectáreas han sido restituidas de más de 5 millones de hectáreas por restituir a las víctimas. En este tema, es preciso aclarar que la restitución per se no es suficiente, se hace necesario inversión en proyectos productivos y seguridad para crear mínimamente las condiciones para que  las familias puedan desarrollar sus economías y proyectos de vida. 

Es urgente aumentar el presupuesto para reparar la totalidad de las víctimas, resolver las solicitudes de restitución de tierras, cumplir con el acuerdo de paz integralmente, darle voz a las víctimas en el Congreso de la República a través de las circunscripciones de paz, proteger la vida de los líderes sociales, y sobre todo cumplir con las garantías de no repetición.

¿De dónde sacar los 357 billones de pesos?

Miles de colombianos y colombianas guardan las esperanzas de que el gobierno pueda destinar  una gran cantidad de recursos de la guerra para ser invertidos en la Paz y la reparación a las víctimas. Debemos convertir los derechos de las víctimas en un clamor nacional, por lo que es necesario convocarnos a un gran acuerdo nacional sobre la base de que la reparación a las víctimas es una condición necesaria para alcanzar la Paz.

*Miembro Dirección de Construcción de Paz

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